CAPÍTULO 7: EL DÍA ANTES

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Quedaba un día para que el instituto empezara. Durante los últimos días no había quedado con nadie, casi ni salido de casa. Me había estado preparando para el carnet de conducir, ya que me daba pereza ir en moto por Los Ángeles. Estaba aprovechando para poder examinarnos juntos con Mike. Al menos esa semana había sido más tranquila.

Con mamá estábamos preparando las últimas cosas de la mudanza, habían llegado las últimas cajas y habíamos pintado algunas paredes de la casa. Ahora mi habitación era más mía, no tan solo un lugar extraño.

Aunque ya conocía a gente del instituto, como Jeremy o Jack, estaba nerviosa. Sería la nueva. Una nueva extranjera. Sabía que la gente me miraría y hablaría de mí. Eso siempre pasa cuando llega alguien nuevo. No sabía cómo se sentía Mike, y justo cuando todos estos pensamientos inundaban mi cabeza, la puerta de mi habitación se abrió.

—Elizabeth, ¿Estás bien?

—Si Mike, estoy bien.

—¿Como que bien?

—Bueno, me siento un poco rara. El instituto empieza mañana, no sé como quieres que este.

—Bueno, yo también estoy así, pero lo llevo bien. Además, seguro que con Jo todo irá mejor..

—Supongo que tienes razón. Por cierto Mike, cuando salgas, cierra la puerta.

—Tranquila. Mamá dice que queda poco para la cena. Nos vemos abajo.

—Termino de recoger estas cosas y voy.

Durante la cena estuvimos callados, sin decir nada, solo comimos. Mamá decidió romper el silencio. Nos contó que al día siguiente deberíamos levantarnos temprano. Mike dijo que seguramente Jack le pasaría a buscar para ir al instituto, cosa que me sorprendió, ya que durante la fiesta no hablaron mucho. Yo decidí que iría en moto. Ella también se levantaría a esa hora, pero se iria con su coche a trabajar. Teníamos que ir pensando en el tema coches, cuando todos tuviéramos el carnet.

Ayudé a recoger toda la cocina, mientras Mike ponía los platos en el lavavajillas. Cuando terminamos simplemente le di un beso a mamá y subí las escaleras junto a Mike. Él solo me sonrió, y me dejó en mi cuarto, sabiendo que al día siguiente todo sería diferente a como lo conocíamos.

Dejé atrás a Mike y cerré la puerta de mi habitación. Empecé a mirar que me podría poner mi primer día. Después de mirar varias cosas, me di cuenta de que una luz se encendía detrás de mí. Cuando me di la vuelta, ni que la ventana de casa de Will y Kate de delante de mi terraza tenía la luz encendida, y justo entonces observé como Caleb se estaba cambiando la camiseta. Ese chico realmente estaba muy bien. Pero seguía pensando que era un imbécil, así que me giré y le di la poca intimidad que podía tener.

Al cabo de unos minutos me giré para ver si estaba ahí aún, pero ahora la luz estaba apagada, y decidí seguir su ejemplo, y me fui a la cama.

—Elizabeth levanta de la cama, ya es hora. Mike está ya abajo.

Debían de ser las siete de la mañana, porque el sol aún no entraba por mi ventana. Me daba pánico empezar mi primer día. Sabía que esto sería muy distinto a como era mi antiguo instituto, pero al menos tendría a Mike cerca, y eso lo haría todo más fácil.

También estaba muy nerviosa, y creo que por eso mamá hizo tortitas para desayunar. Ese era el desayuno que me hacía cuando estaba preocupada. Me senté con Mike para desayunar y mientras ponía la nata en el plato me dí cuenta que él estaba igual que yo.

—Mike, ¿estás bien?

—Lo normal, ¿y tú?

—Para ser sincera... Muy nerviosa.

—Bueno, todo irá bien. Mamá, ahora vendrá Jack a buscarme.

Mike recogió su plato y salió por la puerta. Yo fui detrás de él, pero entonces recordé que me había dejado algo en mi habitación. Con un poco de suerte, cuando me fuera, Mike ya se abría ido y eso significaría que no tendría que encontrarme a Jack.

Todas mis ideas estaban claras, hasta que bajé a encender la moto, y me dí cuenta que había un coche extraño en la entrada, era el de Jack, Mike estaba de copiloto, y Caleb justo iba a entrar en él.

—Pero si es la hermana de Mike, ¿te llevo? —me preguntó Jack con tono de burla.

—Elizabeth no se va a subir a este coche nunca.—Caleb tuvo que soltar esa frase y, después de ese tono enfadado encendió el coche y se fueron hacía el instituto.

—Elizabeth cariño, ¿qué ha sido eso?

—Mamá, no conoces a los chicos a estas alturas de tu vida...

—Pues que no se pasen contigo. Y cariño, ten cuidado por la carretera, no me gustaría que ya te cayeras en tu primer día.

—No te preocupes, nos vemos esta noche.

Y me fui por la misma dirección por la que se había ido mi hermano, Jack y Caleb.

INCANDESCENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora