Era un jueves más temprano de lo normal. Las cinco y media para ser exactos. Los de penúltimo y último años nos íbamos de excursión a Castaic Lake. Estaba a unos cincuenta minutos desde Los Ángeles, pero antes debíamos ir al instituto, y desde allí cogeríamos un autobús. Como no tenía gasolina en la moto —otra vez— le pedí a Mike si podría pedirles a los chicos que me llevaran hacia el instituto. Para Jack obviamente no fue ningún problema, pero ahora que estaba Amberly, nos tocó a Mike, a Caleb y a mí en los asientos de atrás. Como era la más delgada decidieron que sería mejor que fuera en el medio. Fuimos bastante prietos detrás, pero lo peor fue cuando pusieron una canción de Travis Scott, y Caleb se puso en modo concierto, apretándose contra Mike. Él y yo nos miramos con una expresión preguntando dónde nos habíamos metido. Por suerte no tardamos mucho en llegar a nuestro primer destino. Cogimos las bolsas, o mejor dicho, Mike para picarme cogió mi bolsa.
—Caleb devuélvemela va.
—¿Qué llevas aquí que pesa tanto?
Estuvo unos cinco minutos mirando que llevaba y riéndose de mi bolsa, hasta que llegó Alison, él se tiró a sus brazos y me la devolvió como si nada. Subimos al bus. Alison como no se sentó con Caleb. Jeremy con Jo, Amberly con Jack, entonces miré a Mike, y me di cuenta que no le apetecía sentarse junto a Sofía, así que le invite a que viniera conmigo. Me dio la sensación de que Sofía estaba medio celosa, o decepcionada, entonces vio que Alejandro estaba solo, y para picarlo más lo invito para que se sentara con ella. Ahí estábamos todos diez. Sentados. Todos con una expresión pasmada. Alejandro se estaba intentando volver a meter en mi vida. Estuve durante esos cincuenta minutos con música, intentando no pensar en todo aquello.
Cuando llegamos fui de las primeras en salir de ahí, cogí mi mochila y me fui acercando al guía para escucharlo mejor. Normalmente disfrutaba de las visitas culturales. Me gustaba aprender y saber más sobre toda la zona. Aún eran unos días calurosos, y nos dejaron hacer barca por ahí, y bañarnos. Estuvimos unas dos horas de visita, explicándonos de qué vivía la gente que estaba por ahí cerca, como lo hacían. Nos contaron de que era una buena zona. Realmente estaba a una hora de la playa, pero tampoco estaba lejos de toda la civilización, pero a la vez, era un lugar bastante tranquilo. Nos contaron de que los niños solían ser quienes más lo disfrutaban en verano, y como estábamos en Los Ángeles era una zona que hacía bastante calor, entonces podíamos disfrutar de aquel lugar todo el año.
Durante la hora de comer me reuní con todos, y me di cuenta de que Jo estaba con Jeremy por primera vez comiendo con nosotros. En el mes que llevábamos ahí no lo había hecho ni una vez. Mamá nos había hecho unos macarrones con tomate. Los americanos iban con bocadillos y hamburguesas, y tanto Mike como yo nos quedamos incrédulos a lo que veíamos. Por eso Caleb estaba impactado. Ellos sólo llevaban una hamburguesa, y en cambio Mike y yo íbamos con refrescos, patatas, y tupper, como lo haríamos en España. Al minuto de sacar todas nuestras mochilas apareció Sofía junto a Alejandro, y me sonrió, recordandome todos los recuerdos que tuve con él.
—Veo que no cambias. Sigues llevando el supermercado dentro de la mochila.
—No le hables. —contestó Mike.
—Mike tranquilo. De hecho, me gustaría hablar contigo por favor. Sé que al principio me lo tomé bastante mal. Pero deberíamos solucionar algunas cosas.
—Pues acompáñame.
Alejandro me ayudó a levantarme con la mirada de Mike mirándolo, y nos acercamos a una orilla del lago. Alejandro fue el primero en sentarse, y después de estar de pie pensando en si hablar o no decidí sentarme un poco separada de él. Él empezó a hablar, pero estaba tan nerviosa que no me acababa de dar cuenta, así que tuve que preguntarle y empezar yo a encarrilar la conversación.
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INCANDESCENTE
RomanceElizabeth era una mujer fuerte, muy segura de sí misma. Todo se le desmorona de un día al otro. Tendrá que volver a encontrarse, todo eso añadiendo sus nuevos compañeros, y su nuevo estilo de vida al que debe adaptarse. Pero nadie, salvo su circulo...