Algo Extraño

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Seth

Suspiré con aburrimiento, imagine que sería un poco más complicado este examen del que todos estaban hablando, pero me equivoque.

Luego de revisar nuevamente las preguntas juntos con las respuestas me entregue la hoja al profesor. No quería alagar más tiempo esto, tenía cosas importantes que hacer.

Salí del salón y me dirigí directo a mi casillero para retirar mis cosas. No espere a Elliot terminará, el tenía que rendir otra prueba luego de esta.

Como eran exámenes antes de las vacasiones de invierno, nos permitían retirarnos antes de acabar todas las horas de clase.

Deje todos los libros que no necesitaría y agarre mi pequeña maleta con mi ropa de entrenamiento. Camine directo hacia la salida del instituto sin hacer caso a todas la personas que me nombraban buscando mi atención. Rodé los ojos cuando vi a mis amigos hacer señas exageradas para que me acercará a ellos.

—Venga, te estábamos esperando. —lo mire sin expresión alguna a Blake por su efusivo recibimiento. —Vamos al gimnasio, tenemos que pulir algunos movimientos antes de que comience el torneo institucional. —asentí concordando con el.

Ya estábamos a nada de la competencia que se realizaría cada año. En esta ocasión todos participariamos y estaba más de decir que en algún encuentro nos tocaría pelear entre nosotros mismos. Todos estaban demasiados emocionados por ese motivo que por el mismo torneo.

—Adelantence,los alcanzaré después. —avisé pasando de largo, pero no pude seguir porque Travis junto Dylan me bloquearon el paso.

—Apartence. —gruñi perdiendo la paciencia.

— ¿No estará enfermo?

—No parece que lo esté.

Comenzaron a parlotear sin permitirme dar un paso. Masajeando mi sien tratando de no golpearlo, ellos eran un dolor en el culo.

—No tiene fiebre —comentó Aiden tocando mi frente. Lo aparte de mi dándole un fuerte manotazo. Este sonrió sin importarle y volvió a tocar mi frente.

—Apartence o se arrepentirán. —amenace intimidandolos con la mirada, pero no funcione. Se carcajearon en mi cara para luego alejarse rápido cuando lancé golpes al que estuviera cerca.

—Tranquila fiera, nos estamos preocupando por ti. —me dio un golpe en la cabeza Noah antes de huir y ponerse atrás de Travis. Entrecerre los ojos, harto de esto.

Y antes de que pudiera mandarlo al diablo, todos comenzaron hablar sobre lo podría tener. Rodé los ojos y los dejé discutiendo entre ellos. No podía perder más tiempo del que ya lo había hecho.

Camine acelerando el paso, no quería que me estuviera esperando. Quizás debí golpearlos a casa uno ahora que me dejan tranquilo rápido y no estar sufriendo con el jodido tiempo de mierda.

Entre a la cafetería esperando no encontrarla, pero mi sorpresa fue otra cuando la vía ya ahí esperándome.

Al verme se levantó de su asiento y acerco a mi sin perder tiempo. Se puso de puntillas para darme un beso en la mejilla y me sonrió de una manera tan única que me hizo encoger el corazón.

—Charlotte.

—Mi querido Seth.

Sin poder evitarlo le devolví una sonrisa que casi nadie la recibía. Solo ella.

Coloque mi mano en su espalda y la guíe para regresar a la mesa. Cuando llegó el camarero, que se demoro más de la cuenta en tomar nuestros pedidos por fin pudimos tener un poco de privacidad.

Ya estaba fastidiado porque no dejaba de hacerle unos ojitos a mi acompañante. Yo realmente quería estrellar su rostro contra el suelo. Respire profundo, no arruinaria nuestra salida.

Hablar con ella era tan natural que no había ninguna conversación que fuera forzada.

De repente mi corazón se sintió extraño cuando ella sujeto mis manos con sutileza esbozando una sonrisa tímida.

¿Qué era esto?

¿Por qué se sentía tan correcto al estar con Charlotte?

¿Por qué con solos escucharla decir mi nombre me sentía reconfortado?

No entendía, yo realmente no era capaz de entender todo lo que ella me producía.

Aún escuchándola hablar sin parar se me hacía la niña más hermosa de todo el jodido mundo. Me gustaba escucharla parlotear de todo, hasta de las cosas más insignificantes.

Yo... Estaba comenzando a sentí algo por Lottie.

Sin pensarlo lleve mi mano a un costado de su rostro acariciandolo suavemente. Estaba tan cautivado que me era difícil negarlo.

— ¿Y que paso luego? —pregunté escuchando atento.

—Le di un golpe cuando trato de jalarme el cabello. —soltó una risita tan relajada que sentía que era melodía para mis oídos.

Una parte de mi en lo más profundo de mi ser tenía miedo.

Miedo a todo lo nuevo que estaba sintiendo y temor a que en algún momento el amor rompiera a la persona que en algún momento me comenzara  amar.

No quiero ver a otra persona como mamá.

Rota por amor.

No, no lo quería. Me negaba a eso.




Furia Black #1.5 Cristal GrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora