Seth
Con aburrimiento desvié la mirada del profesor que se encontraba explicando la clase con mucha pasión, demasiada para mi gusto.Suspire, aún faltaba para que se acabara su clase. Bostecé, como mi asiento estaba a lado de la ventana, podía distraerme mirando a través de ella. Cuando iba a regresar mi mirada algo capto mi atención, una pequeña niña rubia se acercaba a los columpio, fruncí el ceño.
Se suponía que estábamos en horarios de clase. Aunque quizás su hora libre era más temprana que la mía. La observe con detenimiento, su pequeño moño rosa resaltaba mucho en ella. No era una persona que detallaba a alguien, pero ella tenía algo que hacia que quisiera verla.
- ¿Señor Price escucho lo que dije? - me pregunto el profesor al notar que no prestaba atención. Lo mire con fastidio por hacerme regresar la mirada y perderme la sonrisa de aquella niña.
-Si. -sentí la mirada de todos los del salón. No me importa ni siquiera me intimidaban. -Tendremos una lección y una revisión de firmas por los trabajos entregados. -dije mirándolo con cansancio.
-No se distraiga. -fue lo único que me dijo con su cara de amargado. Alce mis cejas rodando los ojos.
Sin que se diera cuenta regrese mi mirada hacia la ventana.
Ya no estaba.
La pequeña niña se había ido.
Con disgusto comencé a guardar mis cuadernos y salí sin quedarme hablar con ninguno de mis compañeros, realmente a ninguno lo consideraba como un amigo. Todos eran unos idiotas así que no me interesaba relacionarme con ellos.
Deje los libros que no necesitaría en la siguiente clase en mi casillero y fui directamente hacia la cafetería. Una vez que compre algo de comida fui a la mesa donde estaban mi hermano y mis amigos. Estos al verme me saludaron y continuaron su conversa.
Me dedique a comer en silencio sin prestarles atención a lo que hablaban, simplemente los ignoraba y eso a ellos no les importaba. Me conocían y sabían como era.
-Chicos -apareció una de las chicas del grupo de populares.
-Hola Seth -dijo otra arrimándose intentando agarrar mi mano.
Me masaje la sien y me aparte lo más posible de ella tratando de no ser tan brusco. Era molesto tener que soportar este tipo de comportamiento de todas las chicas del instituto. Detestaba que invadieran mi espacio personal. Ninguna me interesaba, nadie de ellas llamaba mi atención.
Escuche la risa de mi mejor amigo, Dylan, se estaba burlando de mi. Lo fulmine con la mirada. Es un imbécil.
- ¿Qué te sucede? Estas más irritado que lo normal. -me miro con detenimiento Elliot.
-Nada. -dije entre diente casi sin paciencia.
-Venga, anda con Megan y diviértete un poco ... -ni siquiera lo deje terminar y me levante del asiento cansando de los arrimones que me daban aquella chica que parecía desesperada por muestras de afecto. Haciendo oídos sordos camine de largo sin importarme sus llamados.
Megan es linda, de eso no puedo negar. Pero, no me siento atraído por ella, no tiene nada que me pudiera hacer cambiar de opinión. Aunque debería sentirme afortunado que quisiera estar conmigo, es decir, es la capitana del equipo de porristas.
Tenemos cosas distintas, además tenía concentrarme en el boxeo. Tenía que entrenar duro si quería llegar a las grandes ligas, eso es lo que aspiraba.
Estaba tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta en que momento había chocado con alguien. Hice una mueca de fastidio y le ayude a recoger sus cosas. Me sorprendí un poco cuando vi que era una niña que tenía el cabello rubio como aquella pequeña que vi más temprano, pero lo disimule.
Cuando al fin todas sus pertenencias estaban nuevamente en sus manos, su mirada se conecto con la mía. Era ella. Me miraba apenada, pero también se notaba que estaba distraída sin tomarme mucho en cuenta. Como lo esperaba era uno o dos años menor que mí.
-Lo siento. -me brindo un sonrisa de agradecimiento. Me encogí de hombros restándole importancia.
-No te preocupes. -puse un mechón de su cabello atrás de su oreja cuando este comenzó a tapar uno de sus ojos.
Por primera vez quise acercarme a alguien voluntariamente.
Quería saber más de ella.
Tenía que volverla a encontrar.
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Furia Black #1.5 Cristal Gris
RomansaCuando dos personas están destinadas a estar juntas ni la propia muerte es capaz de separarlas.