54: No debo decir mentiras

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Capitulo muuuy largo. Disfruten !

Hermione tenía un plan

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Hermione tenía un plan.
En el camino comenzó a mostrarme en su mente sus intenciones de ir con los centauros.  La profesora Umbridge nos seguía tan de cerca que se me ponían los vellos de punta.
Una vez salimos del castillo vi que el sol estaba poniéndose por detrás de las copas de los árboles del Bosque Prohibido, y mientras Hermione caminaba decidida por la extensión de césped, seguida de Harry junto conmigo, la profesora Umbridge tenía que correr para seguir el ritmo, recuerdos sobre el bosque Prohibido vinieron a mi.

—Está escondida en la cabaña de Hagrid, ¿verdad? —aventuró la profesora Umbridge, impaciente.

—Claro que no —repuso Hermione en tono mordaz—. Hagrid podría haberla puesto en marcha accidentalmente.

—Ya —dijo la profesora asintiendo; su emoción iba en aumento—. Sí, claro, seguro que la habría puesto en marcha, ese híbrido es un bruto.

La mujer rió y yo me sobe la mejilla en donde me había abofeteado, todavía me dolía y una rabia se apoderó de mi. Mi abuela Tina desde pequeña me había enseñado que nadie podía tocarme, nadie podía golpearme por disciplina. Y si alguien lo hacia, tenía que decírselo.

—Bueno, ¿dónde está? —preguntó la profesora con incertidumbre en la voz al ver que Hermione seguía caminando a grandes zancadas hacia el bosque.

Esta iba s ser una larga caminata.

—En el bosque, ¿dónde quiere que esté? —contestó la chica, y señaló los árboles—. Había que guardarla en un sitio donde los estudiantes no pudieran encontrarla por casualidad, ¿no le parece?

—Sí, claro —concedió la profesora Umbridge, aunque parecía un poco preocupada—. Claro, claro… Muy bien, pues… ustedes delante.

—Si hemos de ir nosotros delante, ¿puede prestarnos su varita? —preguntó Harry.

—Nada de eso, señor Potter —repuso la profesora Umbridge con falsa ternura, y me clavó la punta en la espalda—. Me temo que el Ministerio valora mucho más mi vida que la de ustedes.

Cuando llegamos bajo la sombra que proyectaban los primeros árboles, Harry me vio con pánico pues en el bosque sin varitas  parecía algo mucho más imprudente que todo lo que habíamos hecho. Yo le guiñe un ojo, este plan no podía salir peor...antes de caminar entre los árboles. Umbridge se veía en apuros para seguir a causa de lo cortas que eran sus piernas. Pense en como su cuerpo se vería enredado en miles de hilos de espinas enzarzados pero el crucio que me había lanzado me había dejado débil.

—¿Está muy lejos? —preguntó.

— Sí, está muy bien escondida.

El camino es sin duda peligroso, por que aquí daba a la guarida de Aragog. Hermione no había ido con nosotros en aquella ocasión, y recordaba el auto salvaje que ahora vivía squi.

Laila Scamander y La Orden Del FenixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora