Decir que había dormido mal en la noche era poco. Estaba soñando sobre el Baile de Navidad, estaba con el vestido de novia de mamá y su tiara, bailando con Cedric, las brujas de Macbeth tocaban una melodía algo lenta mientras dábamos vueltas. Lo abrasé con fuerza, queriendo romper a llorar, él me había tratado tan bien, había sido tan caballeroso conmigo. Me había invitado a Hogsmeade y yo lo había rechazado, lo había ignorado. Y él había muerto, pensando que yo no lo apreciaba, que nunca me importo, y yo lo único que quería era verlo una vez mas, aceptar a ir a una cita.
—Te ves muy bonita—él me dijo sonriente y amable como siempre, a nuestros lados estaban todos nuestro compañeros y los de los otros colegios pero él solo me veía a mi.
—Gracias. Lo se—yo sonreí, el me dio una vuelta sin embargo cuando volví a estar frente a él, la duce y gentil cara de Cedric ya no estaba, en cambio estaba Lefay. La música había cambiado, retorciéndose a una mucho mas tétrica y ruin, distorsionándose a una que me elevaba todos los pelos de punta. Lefay se veía tan joven como siempre, aunque debía tener unos cuarenta, se veía como un chico de 20 años, sin ninguna arruga en su rostro, el cabello rubio platinado corto y que le caía un poco en la frente, los ojos verdes intensos que me daban miedo de tan solo verlo, tenía una mano en mi cintura y él me estaba llevando, quise dejar de bailar pero era imposible, mi cuerpo lo estaba haciendo contra su voluntad. Mis compañeros se habían ido, quise gritar por Harry, quise gritar por Ron y Hermione, sin embargo a nuestro alrededor solo habían 30 mortifagos, todos con sus mascaras , viéndonos, y en la silla del director, estaba Voldemort, viéndonos bailar, mis piernas se sentían como dos bolsas de papas.
—Has avanzado mucho con Morgana—Alastair murmuró dándome una vuelta antes de ir hacia la izquierda.
—Te voy a matar—murmuré bailando la melodía tétrica junto con él que se movía con mucha gracia, él sonrió con tranquilidad.
—Por supuesto que mataras, eres un arma, Laila Lefay.
Vi la marca de Morgana que era roja en mi antebrazo, y encajando perfectamente con esta se encontraba la marca tenebrosa.
Desperté tan llena de sudor y despeinada que tuve que bañarme un largo rato en la mañana, Morgana se disculpaba una y mil veces por no haber bloqueado mi mente. Los primeros días de vacaciones había tenido pesadillas horribles, todas relacionadas con Cedric y Lefay, Morgana me había ayudado a mantener las pesadillas, trataba con su magia de mantener a Lefay alejado de mi mente a toda costa y evitaba que yo soñara cosas horribles, sin embargo habían noches que era inevitable. Y eran las peores.
"Eres un arma, Laila Lefay"
Esas palabras no podía sacármelas de la cabeza, incluso me había puesto mis zapatillas al revés de lo despistada que andaba, Aithusa II se puso en mi hombro, mientras Castiel y James me ataban los zapatos, no sabía porque les gustaba hacerlo.
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Laila Scamander y La Orden Del Fenix
Fanfiction#5 , «No estamos solos» Después de un verano repleto de pesadillas e ir de aquí para allá, Laila Scamander tiene que resignarse a su nueva realidad. La orden secreta del Fenix se reúne en Grimmauld Place para luchar contra las fuerzas oscuras. El s...