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NARRA EVA

Maldito Rafael, todo empezó cuando quiso destruir mi vida un poco más de lo que ya estaba...

Soy Eva y hace seis años que vendo todo tipo de cocaína para poder comer; mis padres me abandonaron cuando tenía 15 años y desde entonces me he tenido que buscar la vida yo sola, antes de empezar a vender, probé otro tipo de actividades ilícitas. Os preguntareis porque no me puse a trabajar, la respuesta es sencilla, era menor de edad y fue entonces cuando empecé con todo este trapicheo y me volví adicta, no cobro mucho pero lo suficiente para vivir.

Si hablamos de mi enfermedad, nadie la trata, ni yo misma me percato de mi propia salud, todo consiste en que cuando me dan ataques de ansiedad me siento en una esquina en medio de la calle, agarro con fuerza mis rodillas y entro en mi mundo interior donde nadie más puede conseguir llegar a él.

Nunca me ha traído ningún problema mi actividad ilícita, hasta hoy. Llevo un tiempo notado que alguien me persigue, me he cambiado de calle e incluso he entrado en supermercados para ver si me siguen y efectivamente, me estoy empezando agobiar y eso no es bueno, si me da un ataque de ansiedad me tendré que parar y eso le dará ventaja para alcanzarme, si no recuerdo mal de pequeña mi madre me enseño un lugar escondido el cual no mucha gente lo conocía y gracias a eso siempre estaba vacío, no lo pienso dos veces y voy directa al pequeño bosque que tanta tranquilidad me dio en su momento.
En menos de dos minutos la vista se me empieza a nublar y todo se vuelve negro, pero antes de quedar totalmente dormida escucho a un hombre hablar a lo lejos.

-La tengo, en cinco minutos estoy allí...- Y a partir de ese momento entré en un profundo sueño.

No sé cuánto tiempo habrá pasado, pero noto una pesadez en el cuerpo que me impide abrir los ojos o gesticular algún movimiento. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Quién era el hombre que me atrapó? Tantas preguntas rondan por mi cabeza y ninguna de ellas tiene
respuesta alguna. ¿Y si todo esto es creación de mi mente? ¿O quizás hoy le darían un final a mi historia? Necesito parar de pensar y salir de aquí como sea.


Pasa el tiempo, mis parpados ya no pesan tanto y la valentía fluye por mi cuerpo, lo cual hace que me levante y vaya hacía la salida.

-HOLA. ¿HAY ALGUIEN?- Y otra vez más, el silencio reina cómo hace tan solo unos minutos.

Y pensando lo bien, la culpa de que este aquí es mía, quizás si no me hubiera metido en estos chanchullos, no tendría por qué tener miedo constantemente y un pensamiento que me dice que algo malo pasará algún día, y aquí estamos, en la circunstancia que menos quería pisar, a la que menos me quería acercar, pero estas eran las consecuencias y me las advirtieron cuando empecé con todo y yo dispuesta a conseguir dinero las acepte todas.
Me faltan miles de cosas que hacer, soy demasiado joven como para que todo acabe, no quiero morir por querer buscarme la vida de tal manera, quiero crear una familia, quiero experimentar que se siente cuando te quieren...

Sin yo esperarlo mi corazón va a mil por hora, algo se ha caído y eso quiere decir que no estoy sola, que hay alguien más aquí, me levanto dispuesta a gritar a todo pulmón para que me escuchen.

-¡SOCORRO! ¡AYUDENME! ¡NECESITO AYUDA, POR FAVOR!- Es en vano el hecho de que grite, tan solo me trae dolores de cabeza, pero no me pienso rendir, cojo fuerzas y vuelvo a dejar salir todas las palabras que se me ocurren para que vengan a salvarme o simplemente a que me digan donde me encuentro. -¿HAY ALGUIEN AHÍ? ¡NECESITO AYUDA, NO SE DONDE ESTOY!-

Los pasos de alguien llaman mi atención y corro a la otra esquina de la habitación, como si no me pudieran hacer nada al estar más lejos, el pomo de la puerta gira para un lado y para el
otro, pero no se abre, los pasos se vuelven a escuchar pero cada vez más lejos, me desespera saber que hay alguien y no hace nada. Me tumbo en el suelo mirando el techo, cosa que no había hecho hasta ahora, hay unas estrellas de plástico pegadas en él, que por la oscuridad que hay en la habitación se puede ver como brillan con un tono turquesa, quizás este cuarto era de un niño o una niña que le hubiese gustado tocar una de las tantas estrellas que hay en el cielo. El sonido de unas llaves hace que salga de mis pensamientos y me encojo rápidamente y voy donde me encontraba hace unos minutos. El pomo vuelve a girar, pero a diferencia de antes, ahora la puerta se abre y me deja ver un robusto cuerpo que intimida mucho.

-Mira a quien tenemos aquí, la famosa Eva.- Dice agachándose a mi altura.

-¿Quién eres? ¿Y dónde estoy?- Me asusta lo que pueda llegar hacer conmigo.

-Dos preguntas son más de las que suelo dejar hacer.- Me coge del mentón y hace que lo mire a los ojos, son marrones y muy profundos.

-¿Qué es lo que quieres de mí?- Realmente tengo miedo, no sé lo que me va a pasar y eso me asusta.

-Nos timaste hace unos días con tus dichosas drogas y ahora querrás que no te hagamos nada.-

-¿Y qué quieres de mí, acaso vas a matarme?- Decirlo en voz alta hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo.

-Que lista eres, parecías tonta y todo.- Dice acariciando mis labios.

Aparto su mano de mí boca y le echo la mirada más cortante que he visto nunca a nadie. Él se levanta y me lanza algo envuelto y se va cerrando de un portazo. Me acerco con miedo al envoltorio, no sé qué puede ser pero no me fio mucho, lo abro lentamente y un olor horrorosos
invade mis fosas nasales, no me fio ni un pelo de este chico así que prefiero no abrirlo, lo dejo lo más lejos posible y me vuelvo a echar en el suelo a mirar el techo estrellado.

No conozco en absoluto al moreno y su cara no me es familiar, en mi cabeza solo rondan preguntas que nunca serán contestadas. ¿Por qué estoy aquí? ¿Quién es él? ¿Por qué sabe mi nombre si ni siquiera lo conozco?

Ya han pasado unos días desde que me secuestraron y nada ha ido bien desde entonces, a malas penas me dan de comer, estoy sucia, si necesito hacer mis necesidades me trae una botella y un cubo, llevo días sin ver la luz del exterior y cada vez me afecta más.
No soy una chica de salir mucho, pero esto de estar encerrada es como estar en una jaula, cada día es como si un barrote se sumara a ella, no tengo fuerza ni tengo esperanza de recuperarla.

No he recibido ninguna respuesta a las preguntas que ronda por mi cabeza y a parte de el hombre con cabellos negros, hay un muchacho que parece ser de su misma edad, alto, pelo rizado, rubio tirando a rojizo; los he escuchado hablar y se nota descaradamente que no son de aquí, más bien parecen ser del Sur.

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¿Qué creéis que pasará con Eva? ¿Serán sus últimos días? ¿O quizás sea todo un sueño? ¿Qué opináis?

•Dejar vuestras opiniones en los comentarios, os leo.

{Holaa, espero que os haya gustado.
Es la primera historia que decido sacar a la luz, ha sido muy difícil tomar esta decisión y me gustaría saber si queréis que siga o mejor lo dejo.
Gracias por leer y vuelvo a repetir, espero que os haya gustado.} ❣️😊

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