NARRA EVA
*al día siguiente*
-Buenos días mi reina.- Escucho la voz ronca de Hugo. -¿Dormiste bien?- Me pregunta acariciándome la espalda de arriba a bajo.
-Buenos días mi amor. Dormí muy bien, ¿y tu?- Dice dándole un beso en los labios.
-Estupendo.- Me sonríe pícaro.
-Te quiero.- Le digo mirándole directamente a los ojos. -Gracias.-
-Tu sabes que yo te quiero mucho más.- Su mano libre acaricia mi mejilla. -Gracias a ti, por aparecer en mi vida y por darme a esta maravillosa familia.- Susurra.
Con cuidado me siento encima de su cadera, pasando las piernas por cada lado, con la consecuencia de que nuestros sexos están en contacto, me inclino hacia delante y beso sus labios ferozmente.
-Eva, estate quieta, sabes las consecuencias que tiene que estés aquí encima.- Me advierte él.
-¿Cuál? Ahora mismo no sé qué consecuencias hay.- Me hago la tonta mientras muevo mis caderas de arriba a bajo.
-¿Quieres que te las enseñe?- Su pregunta sale acompañada de un gemido al notar como se introduce en mí.
La mañana la pasamos amándonos, aprovechando cada minuto, somos conscientes que en cuanto los niños vuelvan ya no tendremos privacidad ninguna.
*por la tarde*
-Hugo, ¿estás ya?- Pregunto desde el salón.
-Sí mi amor, me falta peinarme.-
-Al final no llegaremos.- Replico cansada.
-Dudo que Area quiera volver a casa, habrá tenido todo lo que ha querido y más, y nuestro peque seguro que esta genial.-
-Pero yo quiero verlos, los echo de menos.- Pongo un puchero como una niña pequeña.
-Yo también, pero necesitábamos mínimo un día para nosotros solitos.-
Ponemos rumbo hacia casa de Sam y Flavio. Cuando llegamos nos reciben de la mejor manera posible.
-¡MAMÁ! ¡PAPÁ!- Area se lanza a nuestros brazos.
-Hola mi amor, ¿que tal te lo has pasado?- Le pregunto cogiéndola en brazos.
-Bien, la tita y yo hemos pintado al tito, y el tete a llorado.- Chiva ella.
-¿Porque a llorado el tete?- Le pregunto preocupada.
-La tita dice que es porque te echa de menos, pero yo también te echo de menos y no lloro.- Espeta de golpe la niña.
-Pero él es un bebé y tú ya eres una nena grande.- Ella sonríe. -Vamos con papá y los tíos.-
Nos dirigimos hacia el pequeño jardín que tienen Sam y Fla, ya que mientras mi pequeña me resumía todo, ellos se han ido allí.
-Mamá, ¿puedo jugar con Sullivan?- Me pregunta nada más verlo.
-Preguntale a la tía.-
Se suelta de mi agarre y se dirige hacia Sam, se ha desviado un poco del camino, como que no quiere la cosa se ha acercado al gato y lo a acariciando sutilmente.
-¡Area! Pregunta antes.- Ella me mira y asiente.
Vuele a andar hacia Sam, apoya sus manitas en las rodillas de su tía y la mira con carita de pena.
-¿Qué es lo que quieres?-
-¿Puedo jugar con el gatito?- Pregunta con timidez.
-Princesa, no hace falta que me preguntes eso, siempre que quieras puedes ir a jugar con Sullivan, pero con cuidadito.-
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Contigo Hasta El Cielo
RomanceHugo, un muchacho que se dedica a robar carteras e incluso algún que otro accesorio. Y Eva, una chica que vende drogas desde muy joven. ¿Que pasará para que se conozcan? ¿Existe el destino o simplemente es casualidad?