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Capítulo 23

Su Xing quería ir a la cama temprano, el resultado de eso era él dando vueltas en la cama mientras se sentía un poco irritado. Se sentó, se sirvió una taza de leche caliente y abrió una novela traducida que había leído antes.

De repente, el tiempo pasó rápido. Para cuando Su Xing se durmió, eran las tres de la mañana.

La alarma de Su Xing a las 8:20 lo despertó al día siguiente. Abrió los ojos y apagó la alarma de la pantalla de su teléfono y sintió que le picaban los ojos por quedarse despierto hasta demasiado tarde.

El joven levantó la colcha con rostro cansado y se levantó, se vistió y se lavó. En el espejo, la cara de Su Xing estaba blanca, los ojos en blanco. Pensó para sí mismo: "Esto no sirve para recibir invitados." Se lavó la cara.

Veinte minutos después, el rostro de Su Xing se recuperó en su mayor parte, lo suficiente al menos para conocer gente. Su Xing eligió un atuendo relativamente nuevo de su guardarropa. Era solo una camiseta y jeans, no ropa formal.

Después de cambiarse, se peinó con cuidado y se sintió listo. Se apresuró a salir por la puerta con una mascarilla, sombrero y mochila.

El clima de hoy era el mismo que ayer. El sol no brillaba mucho, había viento y la temperatura era bastante alta. Su Xing pensó por un momento, luego eligió pasar cinco paradas en el metro y después tomar un taxi el resto del camino.

El conductor estaba muy familiarizado con la zona. Al escuchar la dirección de destino, preguntó: "Hermanito, ¿vives allí? ¿O irás a encontrar un amigo?"

Su Xing bromeó con el conductor. "Si viviera allí, ¿seguiría usando un taxi?"

El conductor pensó que era cierto, alguien que pudiera permitirse vivir en una villa, obviamente también tendría un automóvil propio.

"¿Entonces para encontrar un amigo?" Preguntó el conductor.

"Si." Su Xing se sintió atrapado, por lo que usó su sombrero para cubrirse la cara y se sentó en el asiento.

Entonces el conductor llamó. "Estamos aquí." Su Xing se despertó y miró por la ventana para ver la dulce vegetación.

Sacó su billetera y preguntó. "Gracias, ¿Cuánto cuesta el pasaje?"

Después de pagar el pasaje, Su Xing caminó por la calle limpia. La villa se veía muy lujosa, incluso un poco intimidante.

Se paró fuera de la ventana del guardia de seguridad y llamó. "Hola."

Había dos guardias de seguridad jóvenes, cuando vieron a una persona fuera de la ventana, se sobresaltaron por la inactividad. Uno se cubrió el pecho y dijo: "Me asustó hasta la muerte, ¿Quién es usted?"

Esta era la villa de los Han, la mayoría de los huéspedes viajaban en un automóvil privado. Los guardias de seguridad nunca habían tenido a nadie golpeando las ventanas.

"Mi nombre es Su Xing, estoy aquí para entregarle algo al Sr. Han. ¿No les dijo nada?" Su Xing miró la exquisita casa y supo que la familia era rica y no una generación ociosa.

Comenzó a arrepentirse un poco y se acercó para entregar rápidamente el artículo sin conocer la situación. No sabía qué pensaría el señor Han. Pero hay un viejo dicho chino, pase lo que pase, no hay forma de volver atrás¹.

"Su Xing, ¿es usted el Sr. Su?" Han Muzhen había informado a los guardias de seguridad y le habían dicho que tuviera cuidado con un invitado de apellido Su.