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Capítulo 38

El hombre sencillo llamó directamente a Su Xing. "El sol está muy fuerte, ten cuidado para no tener un golpe de calor en las montañas."

Su Xing escuchó la voz preocupada, miró al violento sol y habló con honestidad. "No te preocupes, el sol estaba más fuerte al mediodía. Es mucho mejor ahora."

Yu Feng imaginó que la escena y la atmósfera empeoraron, "¿Qué dijiste?" ¿Subió a la montaña a trabajar al mediodía?

"Sí..." Su Xing tenía miedo de hablar porque sentía que el dueño de la casa era un poco intenso.

Yu Feng tenía una expresión oscura. "Regresa." Luego pensó en algo importante y preguntó con voz profunda, "¿Cuánto has excavado?"

Su Xing no pudo evitar pensar que el Sr. Feng estaba realmente preocupado por su vida laboral. "Cuarenta libras, no tanto como la última vez." Por eso quería cavar por más tiempo.

Yu Feng no tenía idea de qué decir, pero sonaba extremadamente paciente. "Vuelve, no importa que tan caros los vendas, yo los compraré."

"¿Ah?" Su Xing se negó deliberadamente. "Si lo compras todo, ¿qué harían los visitantes?"

"..." Yu Feng no entendía el mercado y todavía quería comprar.

"Si quieres comer, te dejaré un poco." Su Xing sonrió, "No hay necesidad de pagarme por eso."

En otras palabras, ¿el negocio de su misterioso amigo iba bien? Yu Feng abrió y luego cerró la boca, y dejó de interferir a su amigo que intentaba vivir su vida.

"Bueno, voy a regresar. Adiós, señor Feng." Susurró Su Xing.

Yu Feng asintió con la cabeza, "Sí, adiós."

Molestar a los demás mientras ganaban dinero no era de buena educación, pero el corazón de Yu Feng se estremeció cuando escuchó a su misterioso amigo decir que regresaría a casa pronto.

Una hora después, Su Xing arrastró su cuerpo cansado a casa. Sus manos, pies y hombros no estaban doloridos, solo un poco enrojecidos. A Su Xing no le importó y solo se frotó los hombros. Sintió que su adaptabilidad era buena. Terminaría una vez que registrara la información de los compradores.

Luego tomó unos ñames y raíz de kudzu y subió al segundo piso para preparar la cena para dos personas. Mientras preparaba la cena, su teléfono volvió a sonar con otro mensaje.

Su Xing pensó que era el dueño de la casa enviando un mensaje, pero comenzó después de que se secó las manos. "¿Señor Han?"

Era el número del Sr. Han y colgó después de un rato. Desde que regresó de Beijing, no habían vuelto a hablar desde la llamada telefónica inicial.

Luego, el Sr. Han envió un mensaje de texto: [Su Xing, las vacaciones de verano están aquí. ¿Quieres venir a visitar Beijing y jugar?]

Su Xing vio el contenido del mensaje y se sorprendió, ¿habían llegado las vacaciones de verano? Las palabras evocaron sus recuerdos de la vida universitaria. Sostuvo su teléfono celular por un tiempo.

Luego respondió con cuidado: [Gracias, Sr. Han, pero no tengo planes de viajar durante las vacaciones de verano.]

Han Muzhen recibió la respuesta de Su Xing y no estaba molesto: [Está bien, si quieres venir, siempre puedes decírmelo. Estaba triste porque fui demasiado lento la última vez.]

Después de contactar a Su Xing un par de veces, Han Muzhen sabía más o menos que este joven no era un joven común como había imaginado. Aunque era simple, sus defensas eran fuertes.