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Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 3: "Nᴏ Es Uɴᴀ Cᴏɴғᴜsɪᴏɴ"

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"¿Qué hago cuando te amo y quiero a alguien más?"

—Alejarnos tanto me ha traído cientos de dudas... acerca de nosotros.

—A mí también, pero eso no significa que no te ame, Anne.

Pero la pelirroja solo pudo pensar en una cosa:

El cariño se intensificaba. De pronto ya no eran solo cafés y charlas. También había salidas como... ¿amigos? Salidas de las que Liam sabía poco y nada. "Gilbert y yo solo somos amigos, no hay nada de malo en eso y no lo veo un punto de suma importancia en mi relación" se decía a sí misma para ocultar la verdad.

Pero con Gilbert había algo diferente. Porque en el único momento donde no recordaba a Liam, él estaba presente.

Ninguno tenía la intención de llegar a algo más. Al principio creían que sus sentimientos ya habían sido sepultados.

Evidentemente solo se encontraban en una caja mal cerrada, y al primer golpe contra el suelo esta caería; su contenido se desparramaría y su amor renacería.

Aquel primer beso en la biblioteca. Anne se había quedado hipnotizada viendo la forma en la que los labios de Gilbert se movían mientras trataba de explicar un tema que acababan de ver en clases. La concentración en su rostro y cómo sus facciones cambiaban al perderse entre los datos.

—¿Por qué me miras así? —incluso él sintió el nerviosismo. Cuando menos se dio cuenta, estaba a centímetros de distancia de Anne. Y luego la tenía ahí, tomándola de las mejillas y chocando sus labios por primera vez.

Ese día, la pelirroja conoció un sentimiento nuevo, uno único solo capaz de poder apreciarlo junto a Gilbert. Era un paraíso. Una perdición. Un error. Una confusión. O no.

—Lo lamento, lo siento, no planeaba que esto pasara. Me dejé llevar por mis sensaciones —Anne estaba colapsada de dudas. Realmente no se arrepentía de ese beso, se arrepentía de comenzar a dudar en cuanto a su noviazgo se trataba.

Gilbert sabía que no era correcto, pero aun así volvió a unir sus labios.

Ninguno de los dos era consciente de que aquella no sería la última vez.

—Me sentía sola —admitió Anne secándose las lágrimas, a causa de saber que no se sentía culpable por su nuevo amorío—. No tenía a nadie, salvo a Gilbert.

Liam trató de procesar eso y acto seguido tragó con pesadez—. Aguarda... tratas de decirme que...

"¿Qué es lo que pierdo si no elijo y lo guardo todo?"

Debía tomar una decisión. Se pasó semanas pensando en lo que realmente sentía. Quizás era una encrucijada sin más. Quizás se trataba de un desliz. Quizás no iba más allá de un pedido de atención.

Pero no, Gilbert no era algo de un rato.

—¿Debo escoger? —preguntó una tarde trivial en la que hacía videollamada con Cole y Diana. Sorprendentemente, ellos no se veían impresionados por la noticia. Estaba claro que en algún momento el destino uniría a su amiga con el pelinegro.

—Tienes que tener en claro tus emociones, Anne —opinó Diana.

—¿Quieres a Liam? —inquirió Cole. Anne dudó.

—¿Y a Gilbert? —siguió Diana. Otra vez, su amiga no supo qué decir.

Entre ambas preguntas, una electricidad la recorrió al oír el nombre del pelinegro.

Entonces... ¿En qué la dejaba eso? ¿En no animarse a admitir que comenzaba a enamorarse de alguien más?

—Si te quedas con Liam, debe saber lo que ocurrió —prosiguió Cole—, antes de que algo haga que él lo sepa por otra persona.

—Pero tienes que confiar en que aún lo amas como antes, si nada más va a suceder con Gilbert, si la próxima vez que lo veas no querrás repetir lo que sea que hayan hecho...

—¿Y si no me animo a hablar, Di?

—Te mantendrás con esta duda. No hay peor encrucijada que la que puedes resolver, pero que aun así no haces nada por solucionarla.

Y aunque no lo crean, en el transcurso de la universidad trató de hablar con Liam, pero siempre algo la detenía.

Todavía lo quería. No sabía hasta qué punto, pero su cariño seguía existiendo. Aunque no era lo mismo que con Gilbert.

—No te obligaré a nada, Anne —le dijo él en una de esas típicas tardes de "café"—. Sé que tú tienes una relación y no debo entrometerme en ella. Si lo quieres a él, créeme que está perfecto mientras tú seas feliz.

—¿Y si es al revés...? —la voz se le quebró y la mirada no fue capaz de dirigirse a él.

Gilbert suspiró, sin poder creer en el punto donde se encontraba. ¿Cómo había llegado a estar con Anne?— Si entonces yo... ya sabes, si llegase a ser más importante en tu vida de lo que creías... Mierda, Anne, no quiero ilusionarme.

Ella ya lo estaba, y demasiado. No quería tener que elegir, porque su corazón se lanzaba a los brazos de un chico que no estaba a cientos de kilómetros de distancia. Porque su alma reconocía que no era a Liam a quien amaba. Y entonces estaría tirando dos años a la basura. Lo había hecho desde aquel primer beso.

—No era mi intención —aseguró con la poca voz que le quedaba.

—¡Dilo, Anne! ¡Solo lánzalo, por amor a Dios! —rogó Liam, con cierto temor en los sonidos entrecortados de su boca, y desesperados por esa gran introducción.

La pelirroja se tomó un momento para poder decir la verdad y, luego de un pesado suspiro, pronunció la verdad.

Algo sucedió entre Gilbert y yo.

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BAD KIND OF BUTTERFLIES; SHIRBERT [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora