BAD KIND OF BUTTERFLIES; SHIRBERT [✓]

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Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9 (Pᴇɴᴜʟᴛᴜᴍᴏ): "Dɪᴊɪsᴛᴇ Qᴜᴇ Nᴏ Tᴀʀᴅᴀʀɪᴀs"

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Anne comenzó a preocuparse ante la duda de qué ocurría. Gilbert llevaba dos horas sin aparecer y pronto deberían ir a Avonlea.

Le dejó llamadas perdidas y mensajes. Al principio aquellos figuraban como que habían sido enviados, luego todo parecía haberse desconectado.

Salió a buscarlo en lugares donde creía que podía estar, pero no había rastros de él. Entonces el temor pasó por su cuerpo y el rostro de Liam se hizo presente instintivamente.

Corrió en dirección a su casa, sabiendo que podría ser un gran error, y tocó varias veces la puerta deseando que la atendiera. Necesitaba descartar esas ideas.

Un Liam somnoliento, con el cabello despeinado y en pijama la recibió mientras se refregaba un ojo. Eso la alivió, por lo menos descartó la idea de que Gilbert estuviera muerto a manos de su exnovio.

-Por favor, Anne, podré estar molesto, pero no llegaría al punto de matarlo -Liam soltó una carcajada desde el umbral de la puerta y el sonido hizo que Anne se alejara totalmente del momento donde una ambulancia pasaba a gran velocidad detrás suyo.

Cuando se volteó su ceño se frunció y el corazón del rubio latió con fuerza-. Uf, ese debe ser el choque.

-¿Eh?

-Ha habido un choque en las afueras de Charlottetown según tengo entendido. Ya sabes, una motocicleta creyéndose dueña del camino y un coche al que quizás luego tomen de culpable -se encogió de hombros con indiferencia y Anne asintió mirando el lugar por donde esa ruidosa camioneta había pasdo. Hizo una mueca y solo se fue.

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[Aɴᴛᴇs]

-Necesito una ambulancia para... ¡no lo sé! ¡Está en la carretera, saliendo al descampado, cerca de los terrenos de los Rose! ¡Vengan pronto! -Roy Gardner dejó ese escaso aviso y rogó porque la ambulancia llegara. Lanzó el celular de Gilbert (de donde había llamado) a un lado y corrió en dirección al coche de Liam. Debían irse de ahí.

Cuando la ambulancia llegó, las quejas de Gilbert no se oían y por un momento pensaron que podía estar muerto. Pero un leve pulso aún existía.

Lo llevaron al hospital lo más rápido posible, tratando de hacerlo volver en sí, y cuando la camilla bajaba, su voz pronunció algo.

-A-Anne... -apenas se oyó- Shir...ley.

-¿Anne Shirley? -preguntó el paramédico que estaba más cerca de su rostro- ¿Quién es? ¿Un familiar?

-A-Anne... -no logró seguir y entonces la voz del jefe de trauma predominó.

-¡Llévenlo a una sala y llamen a neuro! ¡Y tú, Schmitt, ve a buscar a Link!

El residente asintió y salió a pasos torpes, tropezandose con algunas enfermeras en el camino. Típico de él.

[...]

Anne sintió el sonar de su celular. No conocía el número pero para entonces no le importaba. Las palabras que le siguieron fueron las más dolorosas.

Corrió por los pasillos del Hospital Chalamet De Atención Médica Pública con las lágrimas cayendo por sus mejillas. Buscó la sala que le correspondía y, antes de pasar, una doctora la frenó.