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Canción: Pray - Kodaline.
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KARA

Salir de la preparatoria con un bebé en mi vientre no era lo que tenía planeado. Pensaba trabajar un año para ahorrar dinero suficiente y poder mudarme de ese lugar que mis padres llamaban hogar. No era un hogar; por lo menos no para mí. Se sentía más como una prisión, un conjunto de paredes que me encerraban y sofocaban, donde el peso de los reproches no me dejaba respirar ni vivir tranquila.

Tratar de ser una hija perfecta, aparentar ser parte de una familia ideal, era más presión de la que podía soportar. Siempre estaba escuchando órdenes; cómo debía caminar, sentarme, hablar y comportarme en general. Ni siquiera me sentía como una persona. Era más como una marioneta. Como una muñeca que mis padres hacían y movían a su antojo y manera. Estaba harta de eso, de respirar ese ambiente lleno de veneno e hipocresía.

¿Creen que la gente rica lo tiene todo? Pues no es así. La mayoría de las veces incluso se olvidan de que no son perfectos y fingen ante los demás. Mi madre fingía frente a sus supuestas amigas que no era una ebria, mi padre que no la engañaba con su secretaría, y yo... Bueno, yo fingía ser feliz y estar bien con todo. Pero todo tiene su límite. Llega un punto en el que tantas palabras y sentimientos reprimidos te rompen, y así como una presa, todo sale con fuerza desmedida y destroza todo a su paso. Puede que yo no haya destrozado vidas, puede que sí, pero lo que sé con seguridad es que herí a mucha gente. Observaba con placer cómo mis palabras se encajaban en ellos como cuchillos afilados; solo por un momento, por la más mínima fracción de segundo, me sentía feliz de no ser la única miserable; pero entonces, justo después de humillar a las personas, me sentía como la peor de las bazofias.

Estaba rota. Mi propia familia, quienes se suponían debían protegerme, cuidarme y velar por mí, fueron los responsables de ello. Cuando me miraba en el espejo no me reconocía. No... No tenía ni idea de quién era en realidad.

«¿Quién eres?», me preguntaba cuando miraba mis ojos azules. Me sentía como una caja de regalo. Muy bonita por fuera, llamativa, con colores alegres, pero me preguntaba qué había dentro. Nadie sabía con exactitud. Ni mis padres, ni mis amigos; ni Beck, mi novio, ni mis profesores. Nadie. Ni siquiera yo.

Pero, cosa extraña, cuando vi la prueba positiva diciéndome que efectivamente estaba embarazada, pude ver algo que me consoló. Fue como una luz, una brillante que me señalaba el final de mi vida sin sentido. Sería madre y tendría una razón por la cual seguir adelante. No me importaba que mis padres me gritaran y me amenazaran con cancelar mis tarjetas y quitarme el coche si no abortaba; no me interesaba que Beck fuera un chico inmaduro y que no estuviera preparado para tal responsabilidad; yo me encargaría sola de mi hijo o hija si era necesario.

A pesar de que la noticia modificó todos los planes que había tenido, me sentía por fin feliz; libre de una extraña manera. Fue algo bueno que Beck decidiera apoyarme, incluso cuando nuestros padres no estaban de acuerdo. Que éramos muy jóvenes, que no teníamos dinero, que éramos inmaduros... Esas eran algunas razones que nos daban para ni siquiera intentarlo. Que nuestra vida se iba a complicar... Bah, nada de eso me importaba en realidad. Solo quería seguir con esa aventura; porque eso era para mí. Una aventura con destino hacia mi felicidad.

Beck y yo nos mudamos a un pequeño departamento en un barrio muy feo, algo a lo que no estábamos acostumbrados, pero de igual manera nos fuimos adaptando con el tiempo. Conseguí un trabajo como camarera en un restaurante llamado Butner's, y Beck como velador. Su turno era en la noche por lo que casi no nos veíamos, pero no era como si me afectara mucho. Lo quería, pero no estaba enamorada de él, así como él no estaba enamorado de mí. Nos... entendíamos, supongo. Ambos de familias adineradas e hipócritas, fue así como nos conocimos; en una de sus reuniones donde presumían quién tenía lo más nuevo, lo más caro, o quién simplemente tenía más cosas.

Sin ver atrás ✔ (EN LIBRERÍAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora