A la mañana siguiente, algunos dolores corporales hicieron que simplemente no pudiese dormir más, aunque me hubiese gustado dormir todo un día, debido al cansancio acumulado. Al mirar a mi alrededor, me encontré sola en la habitación. Zhongli debe haber salido... Decidí simplemente quedarme en la cama, porque tampoco podía cambiarme de ropa para salir y además Bárbara me había dicho que guardara reposo. Iré a ver cómo está Paimon por la tarde... Estuve durante un rato observando el techo de mi habitación. También recordé que Zhongli me había dicho justo la noche anterior que debíamos hablar sobre "aquello". Espero que no esté huyendo de mí. Por un momento, temí, pero antes de que mis pensamientos pudieran ir a más, vi la puerta abrirse. Era él.
- Vaya, ya has despertado -. Me sonrió – Había ido a la tienda de Sara a pedir algo para desayunar -. Me tendió la bolsa – Espero que no te importe que haya gastado tu dinero... -. Se llevó la mano a la nuca, avergonzado. Yo negué con la cabeza y le sonreí. Creo que es la primera vez que me traen el desayuno a la cama...
- Está bien, además estoy segura de que no has comido nada desde ayer -. Él me apartó la mirada. Sin decir más, decidí abrir la bolsa y tenderle uno de los panqueques. Eran esponjosos y deliciosos, pero con lo hambrienta que estaba, incluso una piedra me hubiese parecido buena. Cuando terminamos de desayunar, me dirigí a él.
- No pienso salir mucho hoy, a excepción de esta tarde, para visitar a Paimon, así que no tienes por qué quedarte aquí todo el rato -. Lo cierto es que me gustaba su compañía, pero no quería obligarle a estar ahí. Él negó con la cabeza
- Ayer ya pasé bastante tiempo fuera. Creo que Barbatos no me echará demasiado de menos si no le veo durante un par de días para cuidar de ti -. Le sonreí, tímida. Hubo un silencio en el que él pareció quedarse pensativo sobre sus siguientes palabras – Amelia... - Comenzó él, sentándose en su cama para continuar hablándome – Hace dos días te acepté un contrato, que no sé si podré cumplir. Sé que ahora no lo parece, pero he vivido demasiados años. Con el paso del tiempo, cada vez se me ha dado peor todo lo relacionado a los sentimientos. Llega un punto en que no te queda demasiada gente con la que compartir una intimidad. Hace muchos años que rehusé del amor -. Me explicó. Noté mucha pena y melancolía en sus palabras - No me malinterpretes...yo no me atrevería nunca a rechazarte, pero lo cierto es que no sé qué hacer... - Hizo un silencio, realmente le estaba costando decirme todo aquello – Solo sé que quiero tenerte cerca. Tu compañía es algo que hace mi vida más alegre. Pensar que en estos pocos años que me quedan, ahora que soy mortal, he tenido la suerte de conocer a alguien como tú, me hace pensar que hice lo correcto en abandonar la vida de deidad y vivir como una persona normal -. Suspiró, algo tenso – No sé qué puede pasar, Amelia, de veras, pero permaneceré a tu lado el tiempo que me esté permitido -.
Tras su discurso, ni siquiera sabía qué podía responder. Había dicho tantas cosas, que me había revuelto todas las emociones. Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho. ¿Cómo pretende que yo responda a todos estos sentimientos? Ni siquiera me salen las palabras. Me dolía el corazón verle sufrir, parecía perdido, una expresión que nunca había visto antes en él. Decidí levantarme de la cama e ir hacia él. Pareció sorprenderse al ver que me acercaba a él. Le abracé contra mi pecho y apoyé mi cabeza sobre la suya. Me quedé así durante unos segundos.
- Está bien, no sufras -. Le susurré. Él correspondió abrazando mi cintura con delicadeza – Intentemos pasar una bonita estancia en Mondstadt -.
- Gracias... -. Me susurró él.
En ese momento, vimos la puesta abrirse y pude ver a Venti, que se nos quedaba mirando con una mirada insinuante. Zhongli y yo nos separamos y yo le saludé. El bardo se dirigió a nosotros.
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El contrato que finaliza todos los contratos
FanfictionUn pequeño intento de novela que relata la historia de cómo un viaje de Amelia (así denominamos a la traveller de esta novela) y Zhongli, el Arconte Geo, hacia la ciudad de Mondstadt puede cambiar el rumbo de sus vidas tras un contrato entre estos...