Llevé a Zhongli, primero, a observar la catedral, que se encontraba en el punto más alto de la ciudad, en una amplia plaza donde también encontrábamos la estatua del Arconte Anemo. Bajando las escaleras por el lado derecho, encontrabas la Academia de los Caballeros de Favonius, también algunas casas amontonadas en caso de bajar por el lado izquierdo y un poco más abajo, se encontraban todas las demás casas, junto a los comercios. El restaurante de Sara, la tienda de alquimia de Timateus, lugares donde abastecerte de ingredientes para comer, ropa, artefactos singulares...
Callejeando un poco, fuimos a parar a la calle donde se encontraba la bodega de Diluc.- Esta es la famosa bodega, posiblemente Barbatos venga aquí esta noche -. Le informé, el hombre se me quedó mirando, me hizo una sonrisa y no pude evitar devolvérsela - ¿Sucede algo?-.
- Tu compañía es agradable, Amelia. - Me sonrojé y me encogí de hombros.
- Gracias, Zhongli. Yo también disfruto viajando junto a ti -. Dije, sincera.
- Amelia, ¿crees que podría ayudarte en algo? -. Fruncí el ceño al escuchar esta pregunta
- ¿A qué te refieres? -.
- Me gustaría ayudarte a encontrar a tu hermano -. Solo con esa frase, aunque no podía ver mi cara desde fuera, supe que me ensombrecí por completo. Aether, llevo mucho tiempo en tu búsqueda...¿dónde estás?. Los ojos se me llenaron de lágrimas.
- No sé si hay alguien realmente que pueda ayudarme, Zhongli. Ya llevo meses en Tevyat, he recorrido todo Mondstadt, cada rincón de Liyue. Nadie conoce o sabe sobre mi hermano...y yo no se quién fue aquella diosa que nos hizo caer en este mundo -. Suspiré con impotencia - ¿Crees que seguirá vivo? -. Le pregunté, con la voz rota. Pude observar un gesto de pena en el rostro de él, le noté dubitativo, como sin saber qué hacer. Era raro ver esa expresión en Zhongli.
Finalmente el muchacho abrió los brazos y me rodeó entre ellos. Yo me abracé a su pecho, perdiendo por un momento la esperanza. Había algo en mí que en el fondo sabía que Aether estaba vivo. Podía sentir esa conexión que nos había unido desde siempre.
- No puedo darte una respuesta a eso, Amelia...lo lamento. Pero ten por seguro que haré todo lo que esté en mi mano para ayudarte. Estos meses en Tevyat no han sido un tiempo perdido, querida. Tú misma has visto que la gente, allá por donde pisas, te mira y quiere saber de ti. Todos aquellos que hoy te saludaban, también buscan a tu hermano. No estás sola -. Esa última frase, me hizo empezar a llorar y Zhongli me abrazó con más fuerza.
Hasta ahora, no había pensado nunca en ello, pero tenía razón. En Liyue y Mondstadt había encontrado mucha gente, algunos con muchos contactos. En algún momento alguien debe ver u oír algo sobre Aether. Ya he conocido a dos de los siete Arcontes de Tevyat. Están de mi lado. Algo debo ser capaz de hacer- Lo siento, Zhongli -. Me aparté de su abrazo con cuidado, mostrando cierta vulnerabilidad aún. - Llevo mucho tiempo tras la pista de Aether, me ahoga el hecho de pensar que puede estar pasándolo mal. - Suspiré y me quité las lágrimas de las mejillas. - Perdona, ya estoy mejor. No sé si realmente puedes ayudarme o no con algo, pero si necesito alguna cosa, te la pediré - Le sonreí y él me asintió, aún con cara de preocupación - ¿Te ha gustado la visita? -. Cambié de tema para evitar regodearme en el drama.
- Sí. Mondstadt está muy cambiada y tiene un encanto particular. El vino de esta ciudad es muy reconocido, así que estoy impaciente por saber si sabe a los vinos que yo bebía antaño. No me importará beber con Barbatos por esta vez. -. El Arconte Geo me dedicó una sonrisa tierna. Vi que observaba el cielo, como buscando el sol. - Ya son las 9 de la noche. Deberíamos cenar. - Propuso y yo sin rechistar le seguí, de nuevo, hacia el restaurante de Sara.Vi que él se acercaba a hablar con la muchacha, así que yo decidí sentarme para que pidiese la comida que gustase. ¿Dónde se habrá metido Paimon? Luego de queja de que me voy con Zhongli... El Dios volvió a la mesa conmigo.
- ¿Has pedido? -. Le pregunté y asintió.
- También le he dado un pequeño consejo sobre especias. Esta muchacha tiene un gran arte culinario, pero le he aconsejado un cambio, estoy seguro que le vendrá bien -. Sabía que este hombre era perfeccionista, pero está claro que después de tantos años, debe saberlo bien. Escuchar sus consejos era algo que sin duda te vendría bien. A veces resultaba algo tiquismiquis, pero no era la primera vez que veía a Zhongli corregir algo para que otro mejorase.
![](https://img.wattpad.com/cover/254861462-288-k883189.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El contrato que finaliza todos los contratos
FanficUn pequeño intento de novela que relata la historia de cómo un viaje de Amelia (así denominamos a la traveller de esta novela) y Zhongli, el Arconte Geo, hacia la ciudad de Mondstadt puede cambiar el rumbo de sus vidas tras un contrato entre estos...