¿Jessica?

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Las horas pasan lentas, no te atreves a cerrar los ojos porque piensas que en ese momento los abrirá ella y tú no lo verás. 

- An, baja a comer algo, yo me quedo con ella.-me saca de mis pensamientos María.

- No, no la quiero dejar sola.

- Anne, cariño, no le va a pasar nada y tú tienes que comer algo, te estás quedando muy delgada.-me río en mi interior con esto último.

- Está bien.-suspiro.

La miro y no me atrevo a soltar su mano. Me levanto, me acerco a su oído y le susurro: Te amo. Beso su mejilla por primera vez y una electricidad recorre toda mi columna vertebral. 

- Ahora vuelvo.-susurro en su oído.

María me sonríe. Consigo soltar la mano de Danna y al separarnos busca mi mano con otro pequeño espasmo: mueve los dedos levemente. Me siente.-pienso y sonrío inconscientemente. 

Me pongo los auriculares y bajo a la cafetería del hospital. Me pido un sándwich vegetal y un zumo de piña. Me siento en una mesa apartada de todos y comienzo a comer. Miro el móvil y tengo una llamada perdida de mi tía, paro la música y la llamo. 

*Llamada telefónica.*

- ¿Qué quieres? -digo seca.

- Hola cariño, ¿dónde estás?

- En España. -digo pegándole un mordisco al sándwich.

- ¿En España? ¿Qué haces allí? -dice asustada.

- He venido a ver a Danna. 

- ¿Danna? Tu novia, ¿no?

- Sí.

- Bueno cariño, me lo tendrías que haber dicho, pero bueno, te entiendo. ¿Cuánto tiempo estarás allí? 

- No lo sé.

- Bueno... Si necesitas algo, llámame, ¿vale? 

- Vale.

- Adiós cariño.

- Adiós.

Esta mujer está loca, pero en fin. Nunca me he parado a hablar con ella, pero ella tampoco lo hizco nunca conmigo. Odio que sea tan cariñosa conmigo.

Conecto otra vez los auriculares y termino de comer. 

- Hola bonita. -el chico del autobús se sienta en la silla de enfrente. 

- Hola. 

- ¿Eres así de desagradable siempre?

- ¿Y tú no podrías meterte en tus asuntos y olvidar que existo? -le digo con cara de asco. Me levanto y me voy.

- ¡Ya nos encontraremos más veces, preciosa! -noto como sonríe.

Odio a la gente así, odio a la gente. ¿Por qué no me dejan en paz? Resoplo fuertemente y pongo la música más fuerte. Subo al ascensor y me apoyo en la pared con los ojos cerrados. 

- ¿A qué plantas vas? -una voz me saca de mis pensamientos.

- ¿Tú otra vez? -digo agotada.

- ¿Me dices a qué planta vas o nos quedamos aquí todo el día? Por mí no hay problema, eh. -sonríe.

- Eres irritante. A la sexta, gracias. -sonrío hipócritamente. Este chico me saca de mis casillas.

- ¿Cómo te llamas? 

- ¿Y a ti qué te importa? 

- Soy Jessica, encantada. -dice ignorando mi pregunta. Un momento... ¿Jessica? ¿Es una chica? Pero...

-¿Jessica? -susurro. 

- Sí así es. ¿Cómo te llamas tú, bonita? 

- Anne.

- Bonito nombre. -la miro detenidamente. Es guapa.-pienso. 

- Gracias.

- ¿Vamos? Ya hemos llegado. 

- Mmmm... Sí. 

Estoy aturdida, no me esperaba que fuese una chica. Saco la cabeza para sacudir mis pensamientos. Bajo a la tierra y busco la habitación. Abro la puerta pero la voz de Jessica me frena. 

- Nos vemos luego, preciosa.

- Adiós. -digo cortante.

Entro y María está completamente dormida, me siento al lado de la camilla de Danna y vuelvo a coger su mano. Vuelve a reaccionar y hace un leve movimiento. Adoro que reaccione así, me siente y sabe que estoy con ella.

- Nunca te abandonaría. Ojalá nos hubiéramos conocido como planeamos, como estuvimos tanto tiempo planeando... Qué injusta es la vida, joder. Al final van a tener razón y las cosas no hay que planearlas con tanta antelación...

Maldito destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora