Otra calada más.

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Eternas son las horas, el reloj no avanza y me desespero. Solo deseo que abra los ojos, que hable y que todo salga bien.
Danna, joder, te necesito. Despierta.-digo en mi mente como si me pudiera comunicar con ella.

Me encantaría gritar que la necesito, pero despertaría a María que lleva toda la tarde dormida. Creo que con mi llegada se ha relajado y ha caído rendida.
-flashback-
- ¿Tu madre está en casa? -le pregunto a Danna a través de esa jodida que nos separa.
- No, se fue a comprar y me dejó el portátil para que hablemos... -sonríe pícara.
- Deja de sonreír de esa manera. -me ruborizo.
- ¿Por qué? ¿A caso te molesta? -eleva una ceja. Conoce mis puntos débiles y sabe que su sonrisa me mata.
- Cállate, algún día nos veremos y te enterarás.
- Uy, qué miedo... Si mucho ladras, pero poco muerdes, cariño.
- ¡Te odio! -le grito "enfadada".
- ¿Quién te odia, Dan? -dice su madre entrando por la puerta.
- Entra mamá, mira. Esta es Anne, de la chica que tanto te he hablado.
- Así que eres tú la famosa Anne... Qué guapa, ¿no?  -dice observándome.
- ¿A qué es preciosa? Pues... ¿sabes qué?  Es mi novia.
- ¿Tu novia? Já, pero eso ya lo sabía yo. No parabas de hablar de ella.
- Pero... ¿Desde cuándo somos novias?-interrumpo la conversación. ¿¡NOVIAS!? ¡Esta mujer está loca!
- Sí, novias. Anne, con mi madre aquí presente, ¿quieres ser mi novia?
¿Y ahora qué hago yo?  -pienso.
- Claro que sí, joder.
-Fin del flashback-

Recuerdos y más recuerdos que se me vienen a la mente... Y así es como esta idiota me pidió salir y conocí a María. Realmente estaba loca y por eso la quiero tanto.

Danna sigue sin soltar mi mano y los espasmos se repiten constantemente, me encanta.

*Toc toc*

- ¿Puedo? -es el padre de Danna. Asiento con la cabeza y me sonríe entrando en la habitación. Me levanto y me da un gran abrazo.

- ¿Cómo estás? María ya me ha contado... Siento mucho la pérdida de tu padre. -besa cariñosamente mi frente.

- Gracias, Luis.

- ¿Cuánto tiempo lleva dormida?

- Desde la comida más o menos.

- Lleva días sin dormir... -dice con la voz apagada.

- Si quieres esta noche me quedo yo con ella y así descansais. A mí no me importa.

- Creo que será lo mejor, ¿no te importa?

- No, de verdad, descansad y mañana nos vemos.

- Gracias, Anne, muchas gracias. ¿Quieres qué te suba algo de comer? La comida de este sitio tiene que estar horrorosa.

- Sí, por favor. -me río.

- Bajo y ahora vengo, ¿vale?

- Vale.

Sube con un bocadillo y un refresco, despierta a María con un leve beso en la frente y se marchan.

Después de comerme lo que me trajo Luis, miro el reloj: son las doce. Tengo mucho mono... Necesito un cigarro.

- Voy a bajar un segundo a tomar el aire, mi vida. No tardo. -beso suavemente su mejilla y una descarga eléctrica recorre mi médula espinal.

Me cuelgo la mochila y salgo por la puerta. Salgo fuera, me apoyo en la pared y enciendo mi último cigarrillo. Respiro hondo. Qué ganas tenía de nicotina.-pienso.

El silencio de la calle me relaja, doy otra calada y el humo entra de lleno en mis pulmones, calmando mi ansiedad.

- Bonita noche, ¿verdad? -la voz de Jessica interrumpe mi tranquilidad.

- Hola. -digo indiferente.

- ¿Siempre eres así de seria?

- Sí.

- Bueno, tranquila, no pasa nada. ¿Me das una calada? -giro la cabeza y la miro. Me observa con detención y me sonríe.

- Sí, pero solo una, es el último.

- Gracias, bonita. -le da una calada y me lo devuelve.- ¿Por qué estás aquí? ¿Algún familiar?

- Mi novia.

- ¿Qué le pasó?

- No quiero hablar de ello. -digo mirando al suelo.

- Tranquila, no pasa nada. Pero eh, no te pongas triste.-dice levantándome la barbilla y mirándome a los ojos.- Esta carita tan bonita no puedo perder la sonrisa. -me ruborizo por un momento.

- Toma, para ti la última. Me subo. -le doy el cigarro.

- Toma, anda. -me entrega un pequeño papel.- Por si me necesitas o quieres hablar, antipática. -dice guiñándome un ojo.

- Buenas noches.

No sé si el destino quiere que esta chica y yo tengamos algo, pero no paro de cruzármela y no sé si me gusta eso...

Subo a la habitación y paso toda la noche contemplándola y sin querer, pensando en Jessica.

Maldito destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora