La novia fugitiva

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En el altar un novio abandonado se consolaba con las presidentas de su club de fans, ellas lanzaron alerta para ir de cacería tras la mujer que osó plantar al mejor beisbolista de todos los tiempos. No descansarían hasta dar un escarmiento a Bulma Briefs.

Yamcha seguía pensando en su novia fugitiva, se pellizcó por todos lados, intentó cerciorarse de que no estaba en un sueño. El dolor en cada apretón fue real, no se despertó.

Incómodas miradas de lástima. Los asistentes mostraban pena por aquel hombre plantado en el altar, aunque el lamento se enfocaba en la cancelación del banquete de bodas. El aroma que se escapaba de las cocinas los entristeció, nadie se deleitaría con los exquisitos manjares.

-Gracias por venir –tomó el micrófono para hablarle a los asistentes -No se preocupen –dijo con nervios el ahora ex novio –el banquete sigue adelante, solamente no tendremos una boda –sonrió intentando contener sus lágrimas. Arrebató los característicos lentes de sol que traía Roshi, el truco perfecto para disimular los ojos brillosos y rojos.

Un chico rudo no llora, sería la burla del mundo por su abandono. La prensa ingresó al evento, buscaban la primicia en las declaraciones del ahora soltero.

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Exasperado respiraba ansioso, los trabajadores del anciano aún no tenían lista su nave. Decidió bajar a supervisar para hacer presión. Se irritó más de la cuenta al pillar al séquito de personas mirando la televisión en lugar de accionar en su transporte, justo antes de gritarles maldiciones escuchó el nombre de una persona conocida.

-Estamos sobre el kilómetro 20 del camino a la costa, seguimos de cerca a la novia fugitiva para intentar entrevistarla... -decía un reportero desde la tv.

-Esa mujer jamás sentará cabeza –exponía una mujer de unos 40 años.

-Miren, miren –gritó un chico de mantenimiento –¡Un hombre está volando junto a ella!

Vegeta se acercó pensando que el insecto era quien seguramente iba rogándole a la terrícola que se casara con ella. Cuál fue su sorpresa cuando miró que Kakaroto era quien sujetaba la mano de Bulma, ambos se acercaron y sonrieron mutuamente para luego desaparecer gracias a la teletransportación.

-¿Qué no era el amigo de la señorita Briefs? –preguntó otro empleado.

-¡Siempre supe que estaba enamorado de ella! –dijo una chica -¡Era obvio!

-¡Pero es casado! –comentó sorprendido el chico de la limpieza -¡se robó a la novia!

-¡Qué romántico, se fugaron juntos! –gritó otra chica envidiando a la pareja.

Ese Kakaroto se las iba a pagar, cómo se le ocurría robarse a la futura madre de su hijo. Apretó los puños e intentó rastrear el ki del ladrón de novias, más bien el ladrón de futuras esposas, no, de futuras madres de su hijo.

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Los teléfonos móviles de los invitados iniciaron un concierto de sonidos y vibraciones. En todos los casos eran personas externas que deseaban corroborar la fuga de la novia o en su defecto sacar mayor información sobre los motivos que la orillaron a huir.

Especulaban la razón, desde las más sensatas como que la novia entró en pánico hasta la idea de que se iba a fugar con otro hombre, hecho que se confirmó cuando en la televisión apareció Gokú persiguiendo a Bulma y desapareciendo con ella.

Krilin no lo podía creer, ese inocente Gokú le pidió a Bulma que no se casara, ya comprendía el motivo, todos esos años estuvo enamorado de ella y no tenía el valor para decirlo. Qué le pasaba al recto Gokú, abandonó a su esposa y su hijo por llevarse a la novia de su amigo Yamcha.

Quiero robarme a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora