El álbum de bodas

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El plan de perder un sayiajin en 10 días no estaba funcionando. En su pensamiento existía una lucha interior por no enamorarse de su esposo y lograr una separación legal. Vegeta no le puso las cosas fáciles debido a que rechazó a la mujer que mandó a seducirlo, así como apoyarla con los padecimientos de Trunks. A su manera se comportó de forma protectora y cariñosa, cual padre se preocuparía por su hijo.

Las altas temperaturas pasaron trayendo como consecuencia que el pequeño creciera una talla en un abrir y cerrar de ojos. En días superó la fase de gateo, ahora el ágil Trunks se encaminaba a dar sus primeros pasos, ese hecho la mantuvo ocupada y ejercitada, la ropa deportiva se convirtió en un atuendo necesario.

Bulma algo cansada de su espalda baja por pasar horas supervisando la marcha del pequeño, decidió hacer una pausa, a lo que Trunks respondió con una rabieta que exigía mantener la práctica de sus primeros pasos.

-¡No jovencito! –lo amenazó –¡mamá debe tomar un descanso!

-Calma mi pequeño –le decía su abuela –Para que te distraigas te mostraré el álbum de bodas de tus padres.

-¿Álbum de bodas? –preguntó Bulma algo sorprendida mientras sobaba su espalda por el cansancio de estar inclinada apoyando la caminata de Trunks.

-Recuerda que lo trajo un amable joven unos días después de tu boda con el joven Vegeta –le dijo con la calma de siempre mientras buscaba el sitio donde lo colocó.

-Pensé que eran fotos de el intento fallido de boda con Yamcha –No lo podía creer, había fotos de su boda con Vegeta. La mezcla de curiosidad y temor le despertaron un ligero temblor en las manos.

La abuela tomó al bebé Saiyajin en su regazo para mostrarle con detenimiento las fotografías de la unión de sus padres. El pequeño calmó su rabieta mirando con atención lo que le mostraban y hasta parecía entender las explicaciones de la historia.

Bulma bloqueó sus sentidos, no estaba preparada para mirar ese álbum. Sabrá Kamisama, ahora Dende, qué más locuras cometió durante los días que perdió la conciencia. Respiró profundamente y pensó en alguna excusa para alejarse.

-Debo acomodar los juguetes que dejó Trunks tirados por toda su habitación –se excusó Bulma.

-¡Pero cariño, debes ver esta fotografía! –dijo emocionada.

-Por ahora, no tengo ánimos –soltó una risa nerviosa para luego avanzar a la habitación de su hijo.

-No te preocupes por Trunks –escuchó a la madre –cuando termine le serviré la cena.

Suspiró al notar que tendría que comenzar a trabajar en hábitos de disciplina para Trunks, el sentido del desorden parecía ser un mal genético. Tomó un contenedor para ir guardando los juguetes. Miraba con nostalgia como su hijo crecía tan rápido y destruía todo por su fuerza extrema.

-¿Dónde está Trunks? –preguntó Vegeta recargándose en el marco de la puerta, fue una pregunta simple para hacer algo de conversación, porque sentía el ki de su hijo en la planta baja con su abuela.

-Está con mamá mirando el álbum de bodas –Respondió cuando la voz del saiyajin la sacó de sus pensamientos.

-¿Tenemos un álbum de bodas? –preguntó Vegeta.

-Eso parece –sonrió Bulma y prosiguió a guardar los juguetes.

-¿Ya lo viste? –un escalofrió recorrió el cuerpo de Vegeta, aparte del matrimonio arrebatado y el tatuaje quién sabe qué otras locuras cometió.

-No tuve el valor –se sinceró al ver como palideció el saiyajin –por tu expresión veo que también sientes temor por lo que hicimos esa noche, bueno, esos días.

Quiero robarme a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora