La boda del hijo de mi mejor amigo

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Pasados los años comprendió mejor la sugerencia de Yamcha: "contrata un organizador de bodas", pero no, la gran Bulma Briefs no dejaría (otra vez) en manos de un desconocido la organización de la futura boda. Con la cabeza recargada en el escritorio de su laboratorio repasaba todos los pendientes y se lamentaba por aceptar la propuesta de Gohan para apoyar a Videl con los preparativos.

No aprendía que las bodas conllevaban una carga de estrés alucinante y eso que ella no era la protagonista del evento. Es que no podía negar ayuda al hijo de su mejor amigo, desde que Gokú partió al otro mundo, Gohan se refugió en la Corporación, extrañamente hasta Vegeta se portó más condescendiente con él, a su manera por supuesto.

Las complicaciones no se enfocaban en los miles de pendientes, más bien el problema residía en soportar a Milk: una suegra algo malhumorada, conservadora y sobre todas las cosas que se negaba a aceptar que su hijo se había convertido en un hombre.

-¡Mujer! –la sacó de sus cavilaciones la "delicada" voz de su esposo.

-¿Cuántas veces te he dicho que no salgas así de la nada? –lo reprendió molesta. Vegeta parecía disfrutar hacer rabiar a Bulma, una costumbre que no perdió con los años.

-¿Qué hiciste con las muestras de los pasteles? –preguntó interesado en degustar los restos de las pruebas que Videl y Gohan hicieron.

-Se acabaron –respondió fastidia e ignoró a su esposo.

-Mentira –refutó el saiyajin –Eran varias muestras.

-Habrías probado cada pastel, si no te hubieras negado en ayudar a la elección del pastel –Respondió sin apartar la mirada de su agenda de trabajo –además eso es cosa de los novios.

-Entonces, dime –pausó acerándose a ella -¿Por qué hace años me elegiste para ayudar a seleccionar un pastel de una boda que nunca se llevó acabo?

Bulma apretó los ojos, cerró de golpe la agenda y se detuvo a mirarlo. La pregunta de Vegeta tenía mucha lógica, ahora que lo pensaba con calma, qué le hizo pensar en la loca idea de que le ayudaría en una tarea tan trivial.

-Gokú lo sugirió –ella torció los ojos –ahora entiendo sus motivos para proponerte como candidato.

-Acéptalo –sonrió triunfante – Estabas loca por mí.

-¿Yo? –se puso la mano en el pecho ofendida –Por supuesto que me traías loca, pero por tener que soportar sus exigencias.

-Caíste–se le acercó para deslizar su mano por la pierna de su esposa.

-Drogada cualquiera diría que sí a un asesino espacial –Respondió dejándose llevar por el roce sensual de las manos de su esposo.

Vegeta estaba harto de la distancia con su esposa, la organización de la boda de Gohan le mantenían ocupada y cansada, lo cual derivaba en falta de acción marital. En sus entrenamientos pasó más tiempo sin sexo, pero estar tan cerca de Bulma y respirar su olor le despertaba con frecuencia la libido. Hasta se planteó la posibilidad de volver a preñar a su esposa, con la idea de tenerla tan ardiente como en el embarazo de Trunks.

Con ganas de estrangular a medio mundo, se alejó de Bulma al sentir la inminente llegada de los futuros novios.

-Tenemos compañía, verdad –suspiró Bulma al notar la seriedad de su esposo. Vegeta podría ser el hombre más frío del universo, pero frente a ella y a solas dejó hace mucho la máscara de indiferencia.

-Cuento los días para que esto termine –confesó molesto – sería más sencillo si se fugaran para casarse.

-No todos tienen que drogarse o beber para armarse de valor y proponer matrimonio –soltó la científica en tono de broma –Valiente saiyajin.

Quiero robarme a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora