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Ese día, Sungchan se encontraba en la biblioteca de su colegio. Las clases ya habían llegado a su fin y aquel alto delta estaba buscando un libro para entretenerse el resto de la tarde.
Jung se encontraba entre los estantes repletos de libros cuando cierto aroma llegó hasta él. Inmediatamente, su lobo interior levantó sus orejas y comenzó a mover su cola.
Claramente reconocía aquel aroma que tanto disfrutaba.
No caminó demasiado cuando encontró al dueño de tan apetecible aroma. Shotaro se encontraba frente a un estante intentando bajar un libro que, por su estatura, no alcanzaba.
Ante esta imagen, el corazón de Sungchan comenzó a latir más rápido de lo normal, algo que últimamente le sucedía cada vez que veía al bello omega.
Su animal interior y su corazón le decían que fuera y lo ayudara, y así, poder estar cerca de él. Pero su mente decía lo contrario, ya que por experiencias del pasado, acercarse a los omega casi siempre le traía rechazo o algún problema con algún alfa.
Pero ver cómo Shotaro daba brincos intentando alcanzar aquel libro hacía que su corazón se ablandara y que poco le importara lo que dijeran los demás.
No supo en qué momento sus pies avanzaron, terminando él estando detrás del omega. Su mano se alzó, alcanzado perfectamente lo que aquel omega intentaba alcanzar.
El omega de Shotaro daba brincos de emoción, pues claramente sabía quien era la persona que le ayudó. Volteó para agradecerle por ayudarle, quedando así demasiado cerca uno del otro. Su corazón comenzó a latir rápidamente, como si hubiese corrido por horas y su rostro poco a poco comenzó a ponerse rojo, Shotaro se sentía muy tímido.
Sungchan, por su lado, no podía dejar de observarlo. Su mirada pasó por cada rincón del rostro contrario. Desde sus pequeños y rasgados ojos, los cuales había llegado a notar que cuando sonreía, se convertían en dos lindas medias lunas, hasta sus rosados labios, que sobre de estos, podía jurar que llevaba un gloss.
Si con solo estar cerca del delta, Shotaro sentía sus mejillas arder, ahora que no quitaba su mirada de su rostro, sentía que en cualquier momento se iba a derretir.
Sungchan notó el gran sonrojo del chico frente a él, todo su ser se debilitó ante tal imagen que se presentaba a sus ojos. Su instinto decía que lo marcara con su aroma, para que nadie que no fuese él pudiese verlo. Y antes de que pudiese negarse ante tan terrible idea, atrajo hacia su pecho a Shotaro en un abrazo, para después, comenzar a desprender su aroma, intentando impregnarlo con este.
Osaki no podía creer lo que estaba sucediendo, llegó a pensar que estaba en un sueño. Y su omega, para esos instantes, se encontraba desmayado de la emoción. Shotaro, poco a poco comenzó a corresponder al abrazo de Jung, tratando de impregnarse de aquel ácido aroma.
Sungchan a lo lejos pudo escuchar unas voces que hablaban sobre aquella escena, obviamente no de una buena manera.
— ¿Ya viste quién está abrazando a Taro? — preguntó una chica a su amiga.
— ¡Claro que lo estoy viendo!
— Pobre Taro, ha de ser terrible estar cerca de ese asqueroso delta.
Después de escuchar aquello, Sungchan se separó rápidamente del omega, haciendo que este comenzara a sentirse triste.
Se había dejado llevar por su instinto.
Le entregó el libro que había bajado para Shotaro, y se fue sin más.
Su actividad de leer la iba a dejar para después.
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Publicado: 02/07/21
Editado: 02/01/22
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𝐃𝐞𝐥𝐭𝐚 [en edición]
Fanfic❝ - 𝑫𝒊𝒈𝒐 𝒒𝒖𝒆... 𝒎-𝒎𝒊 𝒂𝒓𝒐𝒎𝒂 𝒏𝒐 𝒆𝒔 𝒂𝒈𝒓𝒂𝒅𝒂𝒃𝒍𝒆, 𝒉𝒖𝒆𝒍𝒐 𝒉𝒐𝒓𝒓𝒊𝒃𝒍𝒆 𝒚-no pudo seguir hablando ya que el omega había puesto su dedito en sus labios. - ¿𝑸𝒖𝒊é𝒏 𝒅𝒊𝒄𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒈𝒖𝒔𝒕𝒂? - 𝑩-𝒃𝒖...