18

2.7K 438 190
                                    

。☆✼★━━━━ 🎇 ━━━━★✼☆。

Sungchan estaba dormido cuando sintió cosquillas en su cuello, haciéndolo soltar una que otra risita por ello. Poco a poco fue abriendo sus ojos, encontrándose a Shotaro con su nariz entre su hombro y su cuello.

—¿Taro?—preguntó confundido. Shotaro salió de aquel escondite, en su rostro había una sonrisa para nada tímida. Ese era el omega de Shotaro.

—Sungchannie...—canturreó mientras se sentaba en la cama—¿te puedo pedir algo?—Sungchan también se sentó, recargando su espalda en el respaldo de su recámara. A pesar de que la habitación estaba oscura, podía ver un brillo en los ojos del omega.

Se veía tan hermoso.

—¿Qué necesitas?—el omega se sentó sobre su regazo, para después pasar sus brazos por su cuello.

—¿Puedo hablar con tu delta?—preguntó mientras trataba de verse lo más inocente y tierno posible. Utilizaría la técnica de la parte humana de Shotaro.

—N-No creo que sea correcto, estoy en celo y...—el omega colocó su dedo sobre sus labios callándolo.

—Por favor—oh no... Sungchan quería mirar hacia otro lado, ya que si lo seguía observando, caería ante su petición—. Por favor, por favor, por favor—siguió pidiendo mientras acercaba más su rostro al del chico contrario. Sungchan cerró sus ojos cuando la frente del omega y la suya se juntaron. No pudo evitarlo, era tan débil ante sus encantos.

Al abrir el delta sus ojos, el omega sonrió victorioso cuando sintió unos labios ajenos sobre los suyos. Había ganado. Ahora tenía frente a él a su delta.



[...]


Los rayos del sol poco a poco comenzaron a hacerse presentes. El sonido de una molesta alarma fue lo que despertó a ambos jóvenes, los cuales estaban durmiendo abrazados.

Sin muchas ganas de levantarse, Shotaro se separó de Sungchan e intentó ponerse de pie, pero unos brazos sostuvieron su cintura, haciéndolo caer sobre el regazo del dueño de aquellos brazos.

—Taro... no te vayas, quédate aquí conmigo—Shotaro sonrió ante aquella petición. Claro que se quería quedar, pero tristemente tenía que asistir a clases y presentar el examen que tenía.

—Perdón Channie, pero tengo que ir a la escuela. Cuando termine, volveré— se soltó del agarre para poder verlo mejor.

Sungchan acercó su dedo meñique a Shotaro—¿Lo prometes?

—Lo prometo—dijo mientras entrelazaba su meñique con el de Sungchan.

Una vez que se soltaron, Shotaro se dirigió al baño para lavar su cara. Cuando se miró al espejo a la vez que  se secaba, pudo notar como a un lado de su cuello tenía una marca levemente rojiza. Su corazón comenzó a latir muy rápido y no exactamente en un buen sentido. Ya que la camisa que le había prestado Sungchan le quedaba grande, fácilmente pudo removerla un poco, dejando ver su hombro.

¡No podía creerlo!

Sentía como sus piernas comenzaban a temblar. En su hombro tenía unos colmillos marcados. ¿Acaso Sungchan lo había marcado? Pero le había dicho que no le haría nada que él no quisiese, ¿había mentido? Pero, ¿por qué no recordaba nada?

 𝐃𝐞𝐥𝐭𝐚  [en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora