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El muchacho de cabellos rubios caminaba a lo largo del pasillo desierto, su misión era llevar aquellos libros y documentos que cargaba en brazos hasta la biblioteca, calculaba que no le tomaría demasiado, pues ya se encontraba en el mismo piso en donde el lugar se ubicaba.

Se detuvo ya que el móvil que cargaba en uno de los bolsillos de su pantalón comenzó a vibrar de forma insistente. Una brillante sonrisa remplazó aquella expresión neutral que siempre estaba en su rostro, ¿la razón? Era un mensaje de su querido Na Jaemin, el chico del cuál ha estado enamorado desde hace bastante tiempo, pero sabía que nunca sería correspondido por él. 

Sí, Na Jaemin también estaba enamorado, pero no de Renjun, si no de Lee Jaeno. Estos últimos permanecieron en una ardua batalla por el amor del menor, no obstante el resultado fue innegable, Jaeno tenía la victoria en sus manos desde un principio, aún sabiendo todo esto Huang no se da por vencido y tiene la esperanza de que algún día el muchacho de cabellos castaños pueda verlo de la misma manera que Renjun lo ve a él.

"Hola Junnie, ¿Cómo estás?"

Aquella frase apareció en el chat que tenían, rápidamente se las arregló para escribirle algo de vuelta mientras comenzaba a caminar en la misma dirección. Cegado por la emoción y todos aquellos sentimientos reposados en su mente y pecho, no notó una segunda presencia en el lugar, pero no podemos culparlo, ya que la persona que se aproximaba a gran velocidad en dirección opuesta tampoco había notado a Renjun.

Quizás el más bajito caminaba tranquilo y de manera constante, sin embargo el más alto corría apresuradamente, lo que hizo que el impacto fuese peor para Renjun. En este momento, todos los documentos volaron por los aires al igual que el teléfono celular, al mismo tiempo que el trasero del rubio tocaba el suelo de forma repentina, refunfuñando por lo bajo, estaba molesto.

-Lo siento... no te vi- Una grave y profunda voz se dirigió al chico mientras le extendía la mano. Renjun simplemente lo ignoró con una mala cara y se dispuso en recoger todo, maldiciendo en sus adentros. -Oh, déjame ayudar - Con una pequeña sonrisa de incomodidad se agachó para tomar los papeles, estaba un poco preocupado sin saber realmente porqué.

-uhm...¿y mi...- murmuró Huang exaltándose, buscando algo entre aquel desastre. - ¡¿Y mi celular?! -Gritó frustrado, estaba tan contento platicando con Jaemin y de pronto llega este sujeto a cagarle el día.

-¡Aquí está! -El muchacho con una sonrisa levantó el aparato en su mano derecha, a la vista del rubio. En un pestañear le arrebató el móvil con enfado, soltando un pequeño suspiro de alivio, pero no estaba aliviado del todo. - Todo en orden- Resopló el moreno entregándole los documentos apilados sobre uno de los libros.

-Gracias...-Murmuró apegando los libros a su pecho mientras se levantaba del suelo, mirando el piso mientras intentaba calmarse, relajando el entrecejo.

-¿Cómo te llamas?... No te había visto nunca- Cuestionó poniéndose de pie para posar la vista en el chico de chaleco beige. -Yo me llamo Yuk-

-Wong Yukhei, lo sé, estamos en la misma clase- No le quería dar importancia y estaría haciendo mejores cosas ahora. -Si no es molestia, me voy -Intentó caminar a su lado pero Yukhei lo bloqueó para que se quedara ahí.

-¿De verdad estamos en la misma clase? Wow...he estado en este instituto desde hace cuatro meses y nunca te había visto de verdad...- Seguía sin creerlo, ¿cómo no pudo notar a un muchacho tan lindo? Estaba ciego. -No puedes irte hasta que me digas tu nombre.

-Este idiota...-Dijo por lo bajo, respirando con cuidado para no perder la cabeza. -Huang Renjun, ¿feliz?, ahora quítate de mi camino. - Con algo de fuerza lo apartó, siguiendo con su camino hacia la biblioteca.

-¡Es un placer, Huang Renjunie! -Gritó Lucas mirándolo irse, con una enorme sonrisa en el rostro, alzando bien la mano de forma eufórica.

Había sido un encuentro muy breve, molesto para Renjun, pero para Yukhei todo lo contrario. Al final del día escolar todo siguió su curso normal, el de cabellos rubios se mantuvo la mayoría del tiempo leyendo un libro acerca de las ciencias exactas, él no se consideraba apasionado para el estudio, simplemente pasaba que, muchas veces se aburría, tenía una vida tan monótona por lo tanto se dedicaba a leer y aprender cosas de diferentes asignaturas.

¿Y Yukhei?, vale, también su vida era algo monótona, eran dos almas similares pero a la vez distantes. El joven de ojos color avellana no tenía mucho que hacer en su día a día, sólo asistía a clases para dormirse en la mayoría, ciertos días tenía práctica con el equipo de béisbol y después de un día así se dirigía a su casa, mas bien, mansión, a él no le gustaba hablar acerca de la posición económica de su familia, no le parecía algo relevante, su padre permanecía en Hong Kong por los negocios, mientras que su madre estaba viviendo ahora mismo con él en Corea del Sur, no tenían demasiado viviendo en el país, ni siquiera medio año.




Hey Sweetie! ; Luren  ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora