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Le llegó un mensaje desde temprano.

¿Ahora sí era Renjun? ¿A dónde había quedado su "Injunie"? Ya no entendía nada y ni quería responderle

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¿Ahora sí era Renjun? ¿A dónde había quedado su "Injunie"? Ya no entendía nada y ni quería responderle.  Ni loco iba ir a la casa de su violador, porque eso es lo que es, Na Jaemin es un violador.

La noche anterior apenas pudo tomar su teléfono de una pasada, pero se olvidó por completo de la mochila. No quería ir, pero tampoco podía ir al colegio sin sus cosas. ¿Qué debía hacer?

Durante la noche había vaciado el chat de Jaemin y juraba haberlo bloqueado, pero se dio cuenta de que no fue así.

Al final no le respondió y decidió llamar a Yukhei, pero...

¿Por qué lo llamaría a esa hora? Simplemente respondió sin más

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¿Por qué lo llamaría a esa hora? Simplemente respondió sin más.

- Hola bonito, buenos días... -La voz de Yukhei era más grave de lo normal, era ciertamente sexy.

- Buenos días, Yukhei -Se sentó en su cama.

- Me preguntaba... ¿Quisieras ir conmigo al colegio? Es que... ayer no pudimos platicar y...

- ¡Sí! ¡Sí quiero! Pasa por mí en 10 -Dijo eufórico, podría aprovechar que estaría acompañado, así no tiene miedo de Jaemin.

En exactamente 10 minutos Renjun estaba afuera listo, mas bonito de lo normal por alguna razón. Wong aparcó su automóvil fuera y bajó corriendo a ver al pequeño rubio.

- Buenos días... hey... tengo que ir a un lugar antes... ¿podrías hacerme el favor?

- Claro, tenemos tiempo, sweetie -Le regaló una dulce sonrisa y, aunque Lucas se sorprendió al saber que se trataba de la misma dirección de antes, sólo condujo hasta allá.

Decidió esperar en el auto, pero Renjun insistió en que le acompañara hasta allí, se veía preocupado, muy ansioso, y juraba que sus manitos estaban temblando por debajo.

No tuvo de otra, cuidar a su bebé es su prioridad.

La expresión de Na Jaemin al notar la presencia del más alto fue todo un poema, seguro le dio cólera al ver cómo Renjun tomaba la mano del moreno.

Hey Sweetie! ; Luren  ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora