—¿TAMBIÉN VAS A TIRAR ESTO?
Gabriel Vander dejó por un momento lo que estaba haciendo y miró de hito en hito a su mejor amigo.
Kevin Heights era un chico larguirucho y un poco desgarbado. Llevaba el cabello castaño oscuro peinado hacia un lado, en un estilo tipo emo que, Gabriel sin estar muy al tanto de las tendencias en cuanto a moda o cortes de cabello, sabía que eso no se usaba ya desde hacía siglos. No sabía con exactitud por qué se había hecho amigo de ese friki. Quizá porque no era tan estirado y superficial como el promedio de las personas de su edad en Woodspring. No ser tan agraciado, a veces resultaba ser una bendición; daba la cualidad de ser invisible, en cierto modo. Pero en el instituto era todo lo contrario. Si alguien no parecía un modelo de Teen Vogue, solo era un donnadie que podía costearse el año de secundaria en el instituto más popular del poblado. El dinero siempre tenía que venir acompañado con la belleza, pero Gabriel sabía que, al igual que él, a Kevin le traían sin cuidado todos esos códigos elitistas.
Kevin era el hijo de George Heights, un informático reconocido en todo Ohio y a quien se le adjudicaba la creación del sistema de seguridad informática de varias instituciones, incluyendo el del Instituto Woodspring, en donde ambos estudiaban, por lo que Kevin valoraba más el conocimiento que el dinero o la belleza. En ese momento lo dejaba bastante claro. Llevaba unos pantalones deshilachados con Converse negros y una simple camiseta blanca que dejaba entrever debajo un suéter negro.
Hace un año, Gabriel pensaba totalmente diferente a él, pero en la actualidad muchas cosas habían cambiado con respecto a lo tanto que le interesaba su apariencia.
Por supuesto que había advertido que en ocasiones las chicas lo miraban desde lejos fascinadas y luego apartaban la mirada y cuchicheaban entre sí. Con ese cuerpo esbelto y su actitud despreocupada, Gabriel sabía que era guapo. La gente (sin contar su familia) se lo decía constantemente, pero entonces, ¿por qué no había tenido acompañante para el baile de invierno del año pasado? Ding, dong. Era el hermano del chico desaparecido durante la primavera anterior.
Desde entonces, Gabriel se sentía como el gato negro de Woodspring. Un mal presagio, alguien con quien todos se andaban con recelo. ¡Como si hubiera tenido algo que ver! Eso también lo traía sin cuidado. La opinión de los demás acerca de él no era algo que le afectara demasiado. Quizá hace un año sí, pero de nuevo, muchas cosas en él habían cambiado.
Le tomó un momento fijar la vista en lo que Kevin tenía en las pálidas y huesudas manos. Estando a espaldas del gran ventanal por el cual la luz entraba a raudales, le resultaba difícil enfocarse en el diminuto objeto al que le daba vueltas. Probablemente debería estar usando sus lentes, su madre se lo recordaba a cada rato, pero él la ignoraba. Podía ser ciego, pero era independiente. Luego de tapar la luz con una mano, pudo ver finalmente de qué se trataba. Era un MP3 viejísimo, de esos que solo tenían cuatro botones y una ranura para tarjeta USB. No recordaba que él o su hermano lo usaran alguna vez.
«¿Quién utiliza eso cuando existe el iPod?».
A pesar de eso, no le parecía apropiado regalar las cosas que seguían siendo de su hermano. Habitara ahí o no.
En ese momento, estaban en el ático de su casa sacando algunas cosas para donar en el Día de Caridad de Woodspring, que era, como cualquier evento de esa pequeña ciudad, una fachada, una excusa para que todos usaran ropa de campo, sonrieran frente a una cámara e hicieran creer lo mucho que les importaban los menos afortunados. Muy caritativo.
Aunque su madre no lo dejara explícito, Gabriel sabía por qué quería mantenerlo ocupado esos días. Al día siguiente se cumpliría un año de la desaparición de Alan, y él intuía que ella no quería que su hijo menor, el que le quedaba, pensara demasiado en ello. Gabriel tampoco quería. Sin embargo, estar rodeado de objetos que antaño le habían pertenecido a Alan no ayudaba demasiado en esa especie de «terapia de esparcimiento mental». Lo tachó de su lista de actividades que podría hacer para distraerse durante un verano que añoraba y repudiaba a partes iguales. ¿Qué se suponía que haría durante todo ese tiempo libre que no tuviera que ver con recordar a Alan y hacerse un ovillo en el piso de su habitación?
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GUARDAR UN SECRETO (VANDER 1)
Teen FictionGabriel, Thomas, Caroline y Louis estaban de alguna manera, conectados a Alan Vander, el chico estrella del instituto que desapareció una noche de junio sin dejar ningún tipo de rastro. Un año después de esa fatídica noche, verán sus vidas cruzarse...