One-shot Ben Barnes

Caspian X

Hace mucho tiempo atrás, bueno, no tanto, cuatro hermanos y una amiga llegaron a un mundo totalmente distinto al que conocen. Conocieron un país llamado Narnia, en el cual se hicieron reyes y reinas. Pasaron muchos años en ese lugar, hasta que un día volvieron al mundo que pertenecían. Pasando un año desde que volvieron, deseando poder volver al hermoso mundo en el que reinaron durante muchos años. 

Un día esperando el tren para volver a sus casas sucedió algo totalmente impresionante, aparecieron mágicamente en Narnia conociendo a un chico, Caspian , el cual les pidió ayuda, ya que su tío intentaba matarlo, al igual como lo hizo con su padre. Caspian, se enamoró perdidamente de la amiga de los cuatro hermanos, rompiendo los sentimientos de la hermana mayor.  Logaron derrotar al tío de Caspian e hicieron una gran celebración. Los cinco niños, reyes de Narnia, decidieron quedarse un tiempo.

Una mañana, la hermosa chica, ya novia del nuevo rey, Caspian, salió a dar una vuelta a un bosque cercano, sin imaginar lo que le sucedería. 

Fue capturada por brujas, unas brujas malvadas que por años intentaron secuestrar, pero no lo habían logrado, ya que la chica se defendía con ayuda de su espada. Sin embargo, esta vez no llevo su espada, ya que solo daría un pequeño paseo y volvería muy rápido.

Paso un buen tiempo, la buscaron sin parar, pero no la encontraron, ni encontraron pistas. Caspian estaba desbastado, al igual que sus amigos y el reino entero, también algunos reyes de Archerland  que la recordaban en sus tiempos antiguos. Todos estaban mal por su desaparición. Pasaron cuatro meses desde que desapareció y la dieron por muerta. El día que dijeron eso, llego Aslan, este dijo que por un motivo desconocido, no la podía ubicar, fue como si desapareciera del mapa. Llego la noche y no se escuchaba nada en el castillo. Excepto en la habitación de Caspian, en esta se escuchaban los gritos de llanto y desesperación del chico al saber que no volvería a ver a la chica que tanto amaba.

—Lo siento mucho, Caspian—dijo Susan a su lado. Cuando le hicieron una pequeña ceremonia a la reina desaparecida—. Sabes que pueden contar conmigo en todo—le dio un abrazo amistoso y luego se marchó.

Con el tiempo, ambos reyes comenzaron a crear una química, ya todo el reino y reino de alrededor sabían sobre su relación. Paso un mes y se casaron, fue todo muy rápido, que ni Caspian entendió como llego ahí tan rápido, este ya se había olvidado de su antigua amada.

Llevaban dos semanas de casados y muchos no apoyaban su relación, incluidos los hermanos de la reina Susan. Ese día estaban todos en una reunión sobre una amenaza de los Calormenos, y se abrieron las puertas de la sala de par en par y vieron a una mujer, era la reina perdida. Pero no se parecía, había perdido su color castaño claro del cabello, ahora, era un negro, el cual le tapaba la mitad de la cara, estaba mucho más pálida que antes, traía puesto un vestido verde oscuro y una capa negra. 

Se destapo la mitad de la cara que le tapaba el cabello y tenía una cicatriz que le llegaba de la frente hasta el pómulo y que pasaba por su ojo. 

—¡Me traicionaste!—entró con paso rápido con dirección a Caspian el cual se encontraba al final de la mesa— Dijiste que me esperarías hasta cien años—guardias fueron tras ella, pero cuchillos salieron de sus manos y apuñalaron a todos los guardias y repentinamente, las puertas se cerraron de golpe, guardias tras las puertas hacían todo lo posible para entrar, pero no se abrían. La mujer se encontró frente a frente con Caspian y esta lo agarró del cuello y, con una fuerza inimaginable lo levantó—. No esperaste ni un año y te casaste con ella.

Estaba dejando al rey sin aire. Sintió que todo a su alrededor se paraba y alguien habló—Mi niña—la chica miró atrás de ella y vio al Gran León—, pero ¿Qué te hicieron?—el león se acercaba lentamente—Jamás pude saber que paso contigo, una fuerza muy poderosa evitaba que te encontrara—hablaba con una voz tan tranquilizadora que provocó que la mujer comenzara a llorar y soltó al hombre que tenía en su mano.