Capitulo XXVIII

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Si esto era broma se estaba pasando, no podía ser tan inmadura a estas alturas de la vida, ok, sí que podía, vamos  Bryan sabes cómo es Eva. Piérdele importancia al caso y veras como ella solita va y lo rechaza.

-          Está bien, haz lo que quieras, para lo que me importa.- dije con indiferencia soltándola. Ella impresionada ante mi reacción se molestó pero no quiso demostrármelo.

-          Si, aceptare y desde ya te digo que estas invitado en primera fila.

-          Encantado iría pero no te olvides de poner pases para dos ya que no dejaría a mi prometida sola en casa mientras yo me divierto, eso me hace acordar que me está esperando. Que tengas una agradable noche.

La deje hay sola en ese cubículo totalmente desconcertada, solo tenía que controlar mis celos y empezar a actuar de manera inteligente.

Llegue a la mesa donde me esperaba Erika con una cara de aburrimiento. Me senté en silencio y luego tomé su mano, es infantil pero esperaba que Eva pasara y viera la muestra de cariño que le ofrecía a Erika, puede que no evite que acepte a ese imbécil pero por lo menos la mantendrá ocupada pensado en mí y sus celos. Tal vez sea egoísta y engreído pero sabía que ella solo me quería a mí.

Cuando Eva apareció caminando a su mesa me di cuenta que me había pasado con aquella mordida que le había dado a su labio inferior ¿David se daría cuenta? No habría que ser tan estúpido para no darse cuenta pero tal vez con lo coladito que estaba por Eva no le daría ni importancia.

Entre la comida y unas cuantas palabras y muestras de afecto podía ver el gran interés de Eva en nosotros observándome cuando disimulaba no  mirarla.

El anillo apareció y ella disimuló como la mejor actriz que estaba feliz y muy sorprendida, rotundamente ella estaba cada día menos cuerda, igual ya no le daba importancia, yo me encargaría de que esa boda no se realizase.

Erika me miraba fijamente de manera interrogante, vaya instintos tienen las mujeres.

-          ¿te pasa algo Bryan?

-          Observo algo pero no es nada- le sonreí para perderle importancia.

Eva me sonrió maliciosamente mientras dejaba que ese tipo le colocara el anillo en su anular.

“No me vas a fastidiar Eva, sonríe, sonríe ahora que yo lo hare después”

Erika siguió mi mirada y la vio, joder, esta vez sí se molestó, y como un cobarde baje mi mirada al plato y seguí comiendo como si la cosa no fuera conmigo.

-          Bryan.

-          ¿Qué sucede cariño?

-          No hagas el tonto, me trajiste por verla a ella ¿verdad? Porque dudo que sea coincidencia.

-          No sé de qué estás hablando.- soy un maldito.

-          Es obvio que es de Eva.

-          Ahhh, creo que esta ciudad es pequeña y los lugares que frecuenta también son de mi gusto.

-          A otro con ese hueso, no sé porque mientes cuando es evidente la verdad.

-          Tu decidiste quedarte ahora no te quejes.- sí, definitivamente soy un maldito cobarde.

-          Pensé que pondrías de tu parte- murmuró Erika.

La mire y tomé su mano para besar sus nudillos, ella enderezo la espalda y levanto en cuello en una actitud muy digna.

-          Perdóname- le pedí con voz suave acariciando su mejilla y colocando una mecha de su pelo tras la oreja.

Vínculo - Enamorada de mi amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora