Capitulo XXIII

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Eva dormía en mi cama por primera vez y parecía un ángel, se supone que debería sentirme feliz de todo el día de ayer y de ser correspondido pero eso es imposible cuando sé que no puedo estar con ella.

Maldita sea, cuando consigo enamorarla me separan de ella. Pero si es por protegerla estaba dispuesto a correr el riesgo de ser un alma sin vida. Eva, Eva, mi Eva.

¿Cuándo te empecé a amar así? ¿Cuándo te metiste en mí hasta el punto de agobiarme?

Pero si ella es hermosa. He perdido la cabeza, me siento capaz de morir por ella si hubiera la oportunidad. Estoy asustado, obsesionado, sintiéndome adicto a ella. Desde ahora toda mariposa y todo chocolate me recordara a ella, mi cama me recordara a ella.

Lo mejor será no volver en un largo tiempo.

Con un beso en su frente hice todo lo posible para zafarme de sus brazos sin que se despertara. Cuando lo conseguí ella se acomodó con el cuerpo boca abajo y la cabeza hacia un lado. Antes de irme tenía que llevarme un recuerdo y agradecía que el velador de mi lado estaba prendido asique con aquella cámara que guarde en mi bolsillo del pantalón le tome fotos a la razón de mi vida, captando hasta el último lugar de su cuerpo, de su piel, de sus facciones relajadas comprobando que ni dormida dejaba de ser sexy esa mujer.

La arropé para luego ponerme el bóxer, cogí pluma y papel para escribir mi despedida, en persona no podría hacerlo. Ya nos habíamos despedido una vez y joder, Dios sabe que me dolió decirle adiós. Y aquí esto escribiendo la ruptura más dolorosa de mi existencia, la lastimaría y la haría llorar por eso me sentía un desgraciado que solo esperaba que algún día las cosas fueran más fáciles para poder regresar y tenerla en mis brazos y si no pasaba nunca por lo menos deseaba ser capaz de olvidarla. ¿A quién engaño? Jamás me podría olvidar de ella.

Me acerque a ella a darme mi último beso en los labios.

-          Te amo Eva, no olvides eso.-murmure en su oído.

-          Bryan… -murmuro ella sonriendo levemente aun dormida.

Al salir de ese cuarto entré al que mi madre usaba cuando se quedaba conmigo, me bañé y vestí ya que lo tenía todo preparado gracias a Zac. Ya listo con mis maletas en el vestíbulo decidí despedirme de mi amigo.

-          ¿estás seguro que estás haciendo lo correcto?

-          Sí, es lo mejor para ella.

-          ¿Cuándo vuelves?

-          En un año tal vez pero después hablamos de eso, pero estaba pensando en que te vinieras conmigo a Inglaterra después de que termine de rodar en Australia.

-          Entonces me avisas cuando llegues y a tu mamá también, ella no sabe nada de que te vas.

-          Si te pregunta  le dices que  luego le explico yo, ahora me tengo que ir, tengo que pasar a recoger a Adam y hacer un trámite para que mi perro valla conmigo.

-          Ok, ¿pero qué hago si ella despierta?

-          No es de las que se levantan temprano pero cuando te pregunte por mi le dices que mi vuelo salió muy temprano, le deje un carta así que ella entenderá, no le digas direcciones ni países y desde ahora mi número de teléfono es otro, cuando llegue a Australia te llamo y lo guardas. Por cierto, Michael pagara las cuentas así que no te preocupes, la casa es tuya.

-          Ya mucha palabrería, vamos, ándate que te deja el vuelo.

-          Ya tío que parece que no me extrañaras jeje.

Vínculo - Enamorada de mi amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora