Capitulo XXVI

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Llegué a aquel parque que estaba cerca de la disquera y me senté en el mismo asiento de siempre. El lugar  no estaba vacío, había parejas y niños en el lugar.

Una vez había tenido un sueño en el que Bryan y yo teníamos hijos y vivíamos  felices, ese fue un sueño muy lindo, cuando desperté anhele que fuera verdad y era tanto mi deseo que desde hay quise tener relaciones serias aunque a veces me lo complicaban mucho los viajes.

Mirando a una pareja recordé cuando salimos con pelucas y estuvimos allí sentados como aquella pareja que observaba. Algunas veces traje a mis novios allí sentándonos en otro asiento, jamás ese que solo era mío, pero jamás me sentí tan feliz como hace cinco años en una hermosa tarde de otoño.

 Ahora Bryan había vuelto y por fin tendría respuestas. Quería saber por qué me dejó, porque me abandonó dejando solo un jodida carta que me hacía odiarlo más, hubiera preferido que dijera “me canse, no te quiero y me interesa otra” a decir “te amo, no lo olvides” ya que esas palabras eran las que evitaban que lo odiara aunque para todos era un hecho que lo quería dos metros bajo tierra. La realidad era que aun después de todo  preferiría morir yo a verlo caer muerto a él.

Soy estúpida, masoquista, idiota y una tonta ya que no aprendo.

David ¿Qué significaba ahora? Lo quería, era un hombre que no dominaba mi temperamento ni influía mis decisiones así que era perfecto, jamás me lastimaría. Para lastimarme le hacía falta carácter algo que jamás tendría y no lo despreciaba por eso, lo agradecía pero si me ponía a comparar, jamás podría superar ningún sentimiento que yo sintiera por Bryan aunque era bueno en el sexo y muy guapo.

Me levanté del asiento, me sentía como un perro que corre a la jaula de su amo, aunque no tenía seguridad de que estuviera allí pero necesitaba estar en esa casa.

Cuando llegué allí, guarde mi auto en el garaje, había visto un auto muy hermoso estacionado frente a mi antigua casa, allí vivían una pareja joven, pensé en que quizás tenían visitas.

Al entrar en la sala de estar prendí las luces y fui a la cocina trayendo conmigo una botella de vino tinto con dos copas, como siempre hacia. Pensaba que con dos copas no tendría la sensación de sentirme tan sola.

Subí a la segunda planta, quería desnudarme y meterme al jacuzzi, prender unas velas y beber vino. Abrí la puerta, no encontré nada ni a nadie, dejé la botella y las copas en una cómoda de la estancia. En el baño preparé el jacuzzi con algo de música de fondo, me saque el maquillaje (allí tenia de todo, era mi segunda casa), ya desnuda pero con un albornos de seda azul marino bajé a la cocina ya que me hacía falta un encendedor para las velas.

Esta vez me fije en la luz que reflejaba la piscina, no estaba sola, Bryan está sentado en uno de los muebles de mimbre que rodeaban la estancia de la piscina. Me acerqué sentándome en otro de los sillones, no era una cobarde, quería explicaciones.

-          ¿Por qué?- no quería andarme con rodeos.

-          No necesitas saberlo.

-          Claro que lo necesito, no eres tu quien paso todos los días preguntándose porque te fuiste.

-          Cuando termine mi contrato me volveré a ir, no te molestare y evitare verte mientras me quede en la ciudad.

-          A mí me importa un pepino, quiero que me respondas porque me abandonaste.

-          Era un juego Eva, perdóname si te hice creer otra cosa.- ¿me estaba diciendo que no me amaba?

Vínculo - Enamorada de mi amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora