Me extendió la mano la cual cogí para seguirlo a su habitación. Me tiró en la cama con una sonrisa tan malvada y una mirada lujuriosa iluminados por la luz del baño.
Al subirse en la cama con su polla otra vez endurecida me sentí tan salvaje. Su cara prometía sexo duro y salvaje. Mordí mi labio consciente de que eso lo volvía loco. Lo tuve encima de mí en menos de lo esperado acariciando mi cuello.
- Chocolate… me encanta el chocolate.
- Lo tendría en mi boca hasta derretirlo- lo provoque.
Acariciando su polla encerrándola en mi mano con presión empecé a frotarlo.
- Que golosa…
- No tengo la culpa de que sea tan delicioso…
- Tendré que castigarte.
- ¿Cómo lo harás?
- Unas nalgadas no te vendrían mal, así que date la vuelta y sube el culo.- ordeno.
No discutí eh hice lo que me ordenó ya que confía en él aunque suene estúpido ya que no lo conocía bien.
- ¿así?
- Si… ahora respira y aguanta que no soy tan bueno que digamos.
- ¿Cuantos serán?- pregunte algo recelosa.
- Diez así que no te olvides de contar.- asentí pensando en lo rojas que me quedarían.
Él se puso alado de mi cadera mientras acariciaba mis nalgas. Sentía algo de miedo y excitación. La primera no fue tan dura pero me causo un escozor en la piel azotada.
- Uno- otra palmada- dos- esta vez picaba- tres…
Esta vez dolía levemente pero me estaba excitando más.
- Cuatro- di un respingo- cinco…- picaba mucho ya que fue más fuerte.- seis…-igual que la anterior pero sentía que perdía la concentración y me gustaba mucho- siete…- sus dedos acariciaban aquel lugar que me escocía.
- Tus nalgas están de un color tan rosa que me vuelve loco…
- Ocho…- esta me excito mucho- nue…ve…- presiono mis nalgas después de aquella nalgada fuerte- diez- pegue un grito ya que esta sí que dolió.
- Haz sabido contar.- sonrió satisfecho
Tocó húmeda vulva metiendo un par de dedos en mi vagina mientras se colocaba atrás de mí.
- Ya estas húmeda otra vez… te excitan mucho las nalgadas ¿cierto?
- Sii…
- Bueno ya no aguanto más así que abre más las piernas.
Eso hice, el entro a mi vagina por detrás volviéndome a llenar y a embestir pero mis nalgas rojas tocaban la piel de su pelvis y de alguna forma eso me enloqueció llegando a querer que golpee contra mí piel en cada arremetida suya.
La hora se convirtió en hora y media terminando jadeantes de espaldas en la cama que ya estaba llena de nuestros líquidos u olores. No quería irme quería quedarme ahí y dormir todo el día pero era imposible y entre más rápido lo haga sería mejor.
- Tengo que irme.
- Ya lo sé- dijo en con una mirada ausente y fría.
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Vínculo - Enamorada de mi amante
RomanceR (Restringido por contenido erótico) Eva, una cantante de rock y Bryan, actor en ascenso en el cine de Holliwood; Aburridos e increíblemente interesados el uno en el otro, decidirán jugar a los amantes para conseguir darle algo de diversión a sus...