Un repentino accidente de avión, pondrá en suspenso la vida de dos chicos que apenas se conocían de vista. Ambos tienen pareja y esa situación les hará replantearse muchas cosas, dándoles la oportunidad de conocerse y conocer nuevos sentimientos.
Ze...
Como algunas tardes Saint apenas tenía deberes, empezó a acudir al campo de fútbol universitario y mirar su novio en el entrenamiento mientras lo esperaba.
Este estaba junto las pistas de tenis, la de atletismo y la cancha de baloncesto y desde allí, las parejas de los jugadores los animaban al igual que él.
Lo cierto es que adoraba ir a verle pues Perth era un gran jugador pero además, así evitaba que las gatas y gatos en celo que lo rondaban se quedasen.
Desde allí, este animaba a su novio y al equipo en general, bajo la atenta mirada de muchos y muchas que también lo miraban a él pues realmente lo veían muy lindo pero inalcanzable.
No es que fuese soberbio, arrogante o estirado, como escuchaba que lo tachaban a menudo, simplemente era que se consideraba muy fiel y para él, el amor que sentía por el mellizo deportista era inmenso e inagotable.
Por eso a él no le gustaba la promiscuidad de algunos estudiantes y como buen consumidor de novelas románticas, era extremadamente soñador ye idealizada el amor a su más alto nivel.
El castaño no concebía el tipo de relaciones que muchos tenían, ya que el que muchos y muchas tuviesen relaciones cortas y fuesen enamoradose a cada paso de quién se les pusiese por delante, le horrorizada.
Eso le ocurría con el capitán del equipo de baloncesto, al cual solo conocía de verlo en la cancha desde las gradas y alguna que otra vez en la cafetería del campus.
A Perth esos temas no le importaban pues no reparaba para nada en ello pero si le molestaba escuchar a su novio comentarlos y sobre todo le molestaba verlo con otros chicos fuese quién fuese.
De hecho, cuando Saint le decía algo de eso solían acabar discutiendo y por ello la bronca más grande fue una que ocurrió a los tres meses de empezar en la Universidad y ocurrió una de esas tardes.
Perth salía de los vestuarios luego ducharse y cambiarse y se encontraba con este en las gradas y luego se iban al la habitación del castaño pero esa tarde, nuevamente, este se lo encontró hablando con otro chico sobre los amoríos del capitán del equipo de baloncesto.
FLASHBACK
...-Si, si es lo que hablamos siempre, ya tiene a otra-hablaba el castaño.
-Si, esta creo que se llama Pam y estudia en la Facultad de Bellas Artes-dijo el estudiante de arquitectura.
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-Desde luego, ese Zee es todo un mujeriego, no entiendo como puede tener a tantas chicas tras él, si saben que las dejará nada más usarlas.
-¿Ya estás otra vez?-preguntó molesto Perth tras su novio y Mean, el novio de otro de los jugadores.
-Ah, hola cielo, ¿ya has terminado?-habló el castaño como si nada.
-¿Cuántas veces te he dicho que no quiero que hables con otros y de otros?-preguntó nuevamente el mellizo deportista cogiendo a su novio por la mano y tirando de él.
-Me haces daño, Perth-se quejó este.
El estudiante de arquitectura entonces se levantó y enfrentó a Perth.
-Sueltale, te esta diciendo que lo lastimas.
Este resopló y tiró su mochila al suelo.
-¿Acaso quieres morir?, ¡me importa una mierda que seas más alto!, ¡voy a golpearte sino desapareces, maldito estúpido!
-Vamos cielo, déjalo ya... Mean y yo solo hablábamos, no tiene importancia.
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Finalmente se fueron pues el novio este llegó también pero todo el camino hasta el condominio, Perth solo bufó y resopló sin dejar de caminar delante del castaño quien lloraba ante la situación.
Al llegar, no hubo besos ni caricias, ni sexo como otras muchas veces pues el mellizo estaba demasiado molesto.
-Perdóname Perth, es solo que no hay mucho de que hablar y bueno tu sabes que a mi me apasiona ir a vert....
-¿En serio? pues permíteme que lo dude...Yo ya no estoy tan seguro que tu vayas por mi a los entrenamientos, creo que te gusta ese Mean
-¿De que habláis?, yo solo te quiero a ti...jamás ame ni amaré a nadie más que a ti, tú eres el amor de mi vida, Perth.
-¿Y que hay de ese tal Zee?, ¡estoy harto de que te fijes en con quién va y que novia le toca esta semana!, ¡Mira, me voy, no soporto esto!
-Lo siento, no lo haré más pero no te vayas-suplicó el castaño a su espalda.
-No quiero que vuelvas al campo.
-Oye ta te he dicho que lo siento, ¿Eso no cuenta para ti?
-¿Acaso no entiendes qué no quiero compartirte con nadie?, ¿Qué no quiero que mires ni hables a otros?
-Sólo te amo a ti.
El moreno resopló apretando los puños.
-No sé si creerte-dijo este acercándose y bajando el tono-...mejor me iré a casa, ya no me apetece quedarme contigo, adiós.
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Tras escuchar el fuerte portazo, Saint rompió a llorar tumbado en su cama.
Odiaba cuando pasaban esas cosas pero no podía evitarlo, tenía un lado cotilla que aunque no era muy bien visto, no hacía daño a nadie pero a pesar del tiempo que llevaban juntos, su novio no parecía aceptarlo.
