Capítulo 8

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—Disculpa, disculpa—digo en tono bajo, él se ríe en el mismo tono que yo y luego me habla al oído.

—Disculpa por haberte gritado.

Lo miro con los ojos abiertos y él voltea hacia la ventana.

¿Pero qué es esto? Coño e su madre, si hace dos semanas me hubieran dicho que estaría sentada en las piernas de un idiota tan hermoso después de que me gritó, pues no habría creído nada.

Lo peor es que se me quitó el pequeño enfado que tenía ¿Por qué?

—Por cierto, me llamo Ted— dice el hermano de Ty.

—Un placer Ted, me llamo Ariadna, pero puedes decirme Ari— le sonrío por el retrovisor.

Julián se mueve de nuevo y yo vuelvo a sentir su cosa en mi trasero, no sé si son ideas mías, pero la verdad es que se siente caliente y un poco duro pero no quiero pensar en eso porque me vuelvo a poner nerviosa.

Además, creo que se mueve tanto a propósito.

Le presto atención a Ted que me pregunta de donde soy y todos iniciamos una conversación sobre países y viajes.

Cuando la conversación llega a la situación actual de Venezuela, me dan muchas ganas de llorar, es todo tan patético.

Las marchas, la falta de comida, agua, electricidad, tantas cosas necesarias para el vivir de día a día... No hay nada.

Cuando llegamos a la residencia, Katy y yo nos bajamos, me sorprende cuando Tyler y Julián también se bajan, Ted se va luego de hacernos una seña de despedida.

—Bueno... Supongo que nos vemos mañana—me despido con la mano.

—Ari no seas aburrida, vamos a pedir algo de comer—dice Katy abrazada tiernamente a su novio.

—Yo, no sé... Tengo que pedir permiso a mi mamá— digo jugueteando con las puntas de mi lindo cabello castaño.

—Pues vamos a pedir permiso.

Yo me río ¿Por qué me río tanto? ¿Soy estúpida o qué?

Saco las llaves de mi bolso y abro la reja, subimos por las escaleras porque mi apartamento queda en el segundo piso, abro la puerta y el olor de la famosa carne encebollada de mi mamá inunda mis fosas nasales.

—Mami ya llegué, bendición— digo en castellano, mi mamá todavía no maneja muy bien que digamos el inglés.

—Hola mi princesa, dios te bendiga—como la sala y la cocina son de concepto abierto vemos a mi mamá moviendo con una paleta algo en el sartén.

—Vine con unos compañeros y Katy— le doy un beso a mi mamá y luego Katy entra a hacer lo mismo que yo, mi mamá le tiene cariño a pesar de que no hablan tanto—ellos son Tyler, el novio de Katy y Julián, su primo.

—Hola mis niños...

—Mamá ellos no saben castellano.

—Ay cierto— dice cambiando a lo poco que sabe de inglés— Soy Lilian, encantada de conocerlos.

Los chicos la saludan y a mi me parece muy divertido.

—Te pareces mucho a tu mamá—dice Ty sentándose junto a Katy en el sofá.

—Pero si parecen hasta gemelas— dice Julián, luego se me acerca un poco más y dice bajito para que solo yo escuche— por cierto, hablas lindo en castellano.

Katy y yo nos reímos porque en serio mi mamá y yo nos parecemos mucho, aunque ella es más bajita que yo y tiene los pechos mucho más grandes.

El segundo comentario de Julián me causa gracia porque la verdad siento que hablo con el mismo tono de aguevoniada.

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