Capitulo 25

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Ariadna

Noviembre, diablos, llegó tan rápido que no me lo puedo creer.

El mes pasado la pasé tan de lo lindo con Julián, el día del picnic viene a mi mente:

"Fernando entra a mi habitación.

—Un chico vino a buscarte, tiene un ramo de flores y todo.

Dejo a burro dormido en mi cama y salgo."

Vaya... Estaba tan feliz cuando lo vi que la felicidad no cabía en mi cuerpo.

Aunque me hice la dura porque él olvidó ese día, así que tenía que hacerlo sufrir un poco.

Después, en Halloween hicimos desastre, fue realmente genial todas las fiestas a las que fuimos en una noche.

Dejando esos pensamientos de lado termino de escribir el ensayo que mandaron en Literatura, el profesor Steve es muy estricto con la tareas, pero me gusta porque me ayuda a aprender más sobre estos temas que tanto me gustan.

Son las diez de la noche y un gran bostezo sale de mi boca ¿A dormir? Si, veo a burro dormido boca arriba y con la lengua afuera, ese perro casi nos mata de un susto a mí y a Julián el otro día, no sabíamos que suele dormir así.

Cuando lo vimos por primera vez, creímos que estaba teniendo un ataque o estaba muerto.

Me río y luego me acuesto a su lado, cuando ya me estoy quedando dormida, la pantalla de mi teléfono brilla.

Es el idiota

—¿Hola?— escucho mi propia voz ronca.

—¿Estabas dormida?— lo escucho hablar, a lo lejos puedo escuchar el bendito juego que se la pasa jugando en la computadora, Lol.

—Casi ¿Por qué?

—Solo quería escuchar tu voz y decirte buenas noches, señorita Castillo.

—Vaya, que romántico está mi idiota favorito ¿Entonces ya me puedo dormir?— digo sonriendo como estúpida, hacia el techo.

—Si preciosa, nos vemos luego.

Corto la llamada y no puedo quitar mi sonrisa.

¿Entonces así se siente salir con alguien que realmente te quiere y se preocupa por ti?

Sé que estos sentimientos por él me hacen muy feliz y espero que dure mucho, aunque yo no soy estúpida.

Yo sé que tendremos uno que otro problema, porque así es la vida.

El amor tiene el poder de destruir y de alegrar a partes iguales, no solo me refiero a relaciones amorosas.

***

—Hola— me saluda Bradley cuando estoy llegando a la escuela.

—Hola guapo ¿Qué haces?

—Estoy esperando a los chicos, nadie ha llegado.

—Ah ¿En serio? Que loco ¿Hiciste la tarea?

—Realmente no, estuve hablando con la persona que me gusta y aunque estamos hablando como amigos y eso, me distrae mucho, pero ya decidí que voy a tratar a partir de esta semana de no distraerme tanto, la escuela es primero ¿No?

—Si, la escuela es primero, a parte tienes que tener buenas notas por lo de la beca ¿Verdad?

—Si... La beca es lo que más me importa, sé que mis padres tienen para pagar la universidad, pero prefiero hacerlo con mi propio esfuerzo.

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