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El embarazo continuó, ya tenía 5 meses, sería una niña tal y como mi mamá predijo. Se llamaría Ana Gabriela Rodríguez. Ya yo estaba en 4to año, tenía 16 y Niall estaba comenzando en la universidad, tenía ya 18 años.

Mi madre fue a un chequeo de costumbre, Niall se quedó en la casa conmigo. Estábamos bromeando en la casa, ahora sucedía que nos pasábamos de románticos; que si un día él terminaba sin camisa, que si un día yo terminaba sin camisa. Ese era, claramente, un día de esos. Entre jugueteos en la cama empezó a sonar mi celular, dejé que repicara.

Luego seguimos y en eso fue el celular de Niall que sonó, el hábilmente lo tomó y lo apagó. Seguimos con los besos cuando de nuevo mi celular sonó.

- Niall - dije entre besos - Amor, voy a contestar, debe ser importante.

- No - dijo también entre besos - No contestes, quédate - me paré y busqué el celular.

- Debe ser urgente, amor.

- Otra vez algo lo frena todo - dijo con un tono casi inaudible.

- Si? - contesté el teléfono.

- Hasta que contestas - dijo furioso mi padre - Ven a la clínica ya! Es urgente.

- Voy.

Colgué y me llenó la preocupación, que habría pasado? Bueno, la cosa era ir a la clínica cuanto antes. Niall me miraba preocupado, adiviné la razón, supongo que segundos atrás me debí haber puesto pálida, invadida por el miedo.

- Que sucedió - preguntó preocupado.

- Niall - dije casi a punto de sollozos - Algo sucedió, debo ir a la clínica ya.

- Tranquila, amor - dijo tranquilizándome - Vamos, yo te llevo.

- Pero Niall - sonó una risita nerviosa entre mis lágrimas - Debes ponerte presentable, acomódate la ropa.

- Amor, no es momento de pensar en eso - dijo avergonzado - Pero si es así, tu también acomódate.

Luego de ponernos presentables, corrimos al auto de Niall y fuimos a la clínica. Al llegar allí nos conseguimos a mi padre en emergencias, mejor dicho, afuera de emergencias, ya que no se podía pasar.

- Hija, Niall - nos saludó.

- Papá! Qué que pasó - pregunté mientras lo saludaba.

- Hija - dijo tristemente - Es tu madre, tiene problemas con el embarazo, se complicó. Al parecer se debe a una intoxicación generada por una gran cantidad de mercurio ingerida en los mariscos. Está en riesgo, ella y el bebé.

- Que? - vociferó impactado Niall

Las palabras no me salieron, simplemente quedé en shock, cómo podría haber pasado eso? En seguida abracé a mi padre mientras las lágrimas brotaron bruscamente por mis ojos, luego abracé fuertemente a Niall, quién intentaba consolarme.

Al rato llegaron los Horan, quienes hablaban con mi padre. Noté triste a Niall, los papás de él insistieron en que fuese a su casa, no quería pero lo necesitaba, necesitaba descansar. En ese momento, cuando partí a su casa y pude pensar, maldije el viaje, allí fue el momento donde ingirió el mercurio, lo maldije con todo mí ser. Al llegar a casa de los Horan nos dispusimos a comer algo, yo no tenía apetito y seguía en llanto.

- Amor, todo estará bien - dijo Niall tranquilizándome - Tu mamá y la bebé estarán bien.

- Pero nosotros ingerimos mariscos, cómo no nos pasó nada? - pregunté frustrada.

- Los mariscos afectan más que todo a niños y embarazadas - dijo Niall.

- Niall, tengo miedo - dije mientras me abrazaba - Tengo miedo.

- _______, tu mamá es fuerte. Todo saldrá bien, saldrán de esto - dijo mientras besaba mi cabello.

- Eso espero.

Esa noche fue larga. Llamaba a mi papá cada media hora, no podía dormir.

Niall intentaba relajarme un poco, intentaba hablándome, cantándome, tocando la guitarra, un poco de TV, me daba besos, pero se los rechazaba. Estaba sentada en su cama, con el teléfono en la mano, esperando alguna noticia, pero nada. Tomé un té relajante y allí pude dormir un poco, Niall se desveló esperando llamadas, pero nada llegó.

Me desperté un poco mejor, un poco más optimista. Desperté y noté a Niall viendo por la ventana, con la mirada perdida, igual a la vez del vuelo a la fiesta. Me levanté lentamente, lo abracé por detrás.

- Gracias Niall - dije dulcemente - Eres la persona más oportuna en mi vida, no sabes cuánto te necesito a mi lado, gracias por estar allí. Te amo.

- Yo también te amo, _______ - dijo mientras se volteaba y me miraba a los ojos - Además, dije que estaría a tu lado siempre que necesitaras, y aquí estoy.

- Amor, duerme un poco, tienes unas ojeras de terror.

Niall durmió un par de horas, a las 2 pm recibí una llamada de mi padre. Ya podía visitar a mi mamá, así que partimos a la clínica. Al llegar vimos a mi padre y a los Horan desvelados, Niall fue a descansar a su casa con sus padres, realmente se lo merecían. Pude entrar a la habitación de mi madre. Fue horrible, estaba conectada a muchos tubos, me apiadé de ella, me pregunté una y mil veces porque le paso esto a ella y al bebé, prefiero que yo esté allí, conectada a los cables, en vez de mi mamá.

- Hija - dijo mi mamá con un tono de voz doloroso - Ven aquí.

- Mamá - exclamé entre lágrimas, me dispuse a abrazarla, mientras seguía llorando.

- No hija, no. Tranquila, la bebé y yo saldremos de esto - dijo mientras me acariciaba - Te lo prometo.

Al llegar a casa mi papá durmió, yo fui a casa de los Horan, necesitaba a Niall cerca. Necesitaba toda la alegría que él me brindaba. Al llegar lo noté mucho más descansado y fresco, me recibió con los brazos abiertos y le conté como estaba mi mamá.

Gracias al destino (niall y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora