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Mark era nuevo en la escuela. Era una escuela distinta a las que ya estaba acostumbrado. Ya no había presencia de señoritas en el centro de estudios. 

Hacer amigos no había sido tan difícil como creyó, sin embargo no estaba del todo seguro que aquellos que se hacían llamar sus "amigos" realmente lo fueran. Su salón de clases era uno muy particular. No habían los típicos grupitos que encontraba en sus anteriores escuelas. Los profesores eran más accesibles y parecía todo tener un aura muy agradable. Le gustaba la poesía, la música. No era alguien muy complejo en realidad. 

Todo era bastante tranquilo hasta que interactuó con el tipo guapo del salón, Jackson Wang. Casualmente coincidían en muchas cosas. Hicieron grupo para un trabajo encargado, gracias a esto pudieron hacerse cercanos. No amigos, pero sí buenos compañeros. 

Con el pasar de los meses, los sentimientos comenzaban a cambiar... o a transformarse. Había un tipo de relación extraña en ellos dos. Algunas veces eran amigos, otras veces parecían tórtolos enamorados, de vez en cuando su trato era frío, como simples compañeros de salón. A veces habían intercambios de miradas tiernas y fugaces, pequeños toques en el cabello del otro o abrazos largos cuando se necesitaban. Palabras bonitas y mensajes de aliento o divertidos. Siempre estaban el uno al otro cuando requerían algo. Habían rumores en el salón, pero nada fuera de lo normal. Sabían hacia donde miraba Wang, pero les sorprendía un poco que el nuevo fuera igual. 

Luego de agosto las cosas fueron más dulces aún. En noviembre, un viernes por la noche, junto a otros dos amigos se habían quedado hasta tarde en la escuela, jugando juegos estúpidos con retos estúpidos, solo para pasar el rato. El alcohol se hizo presente y las bromas de doble sentido no se hicieron esperar. Esa noche estuvo más que cerca de besar a Wang gracias a un estúpido reto que Yugyeom, uno de sus amigos, le dio; pero por temor a arruinar aquello que tenían no lo hizo. Vaya que quería, lo deseaba. Probablemente habría sido la mejor experiencia el haber probado sus labios, pero se resistió. 

En casa le habían llamado la atención por llegar tarde y estar apestando a alcohol. No le importó del todo, fue una buena noche donde desperdició la que sería su única oportunidad. 

A la mañana siguiente, a su celular habían llegado varios mensajes de Wang preguntándole cuándo cumpliría aquel reto. Su corazón latía desenfrenado. Sus manos comenzaron a sudar. Su boca se había quedado seca. Su cabeza era un revoltijo de pensamientos. Estuvo todo el fin de semana pensando qué debería hacer cuando el lunes llegara. 

Le dio vueltas a la cama unas veinte veces, saltó sobre esta unas trece veces y sintió sus mejillas arder por largo tiempo. Aquellos mensajes eran como una confirmación a que también le gustaba ¿Verdad? A Mark Tuan... ¿Le gustaba Jackson Wang? y ¿Jackson Wang correspondía el sentimiento? Se sentía como una mocosa enamorada, pero así estaba él ¿No? Enamorado. ¿Cuánto tiempo llevaba ignorando esos sentimientos? Tal vez más de 6 meses. 



El comienzo de semana llegó, las clases continuaron como si nada hubiera ocurrido y no había ningún tipo de trato distinto con Wang. Claro, solo que en la salida le había llamado para hablar de algo importante. Tal como pensó, quería que cumpliera el reto. Ahí estaba otra oportunidad... pero decidió esperar y dejar las cosas en claro. Quería preguntar si las cosas seguirían normales luego de eso, pero nada salió de su boca. Lo mismo se repitió el día siguiente a ese.

Un miércoles trece de noviembre fue el día en que todo se desmoronó. Estaba decidido a decirle como se sentía. Estaba confiado, aunque claro nunca ignoraba el hecho de que podría existir un rechazo. Estaba preparado para todo... o eso creía. Ni una palabra logró salir de su boca cuando lo tuvo frente a él. Tenía sus manos siendo acariciadas sutilmente por los dedos de Wang, como brindándole confianza a que hablara, pero no lo hizo.

Jackson Wang hizo honor a lo que muchos le contaban y lo que él mismo había notado. Era el tipo más dulce del mundo, pero no estaba enamorado de él. No estaba listo. Jackson Wang nunca se enamoraba. Eso decían.

Letters ~Markson~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora