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Lo mejor de la última semana de clases era que solo asistía a la escuela para calentar el asiento, chismear con la profesora de matemáticas y saber que no tendría que lidiar con la profesora de arte hasta el siguiente inicio de clases.

Vaya año el que tuvo. Escuela nueva, experiencias artísticas, compañeros nuevos, nuevo ambiente, nuevos y mejores amigos, nuevas decepciones, nuevas anécdotas.

Si se comparaba con el Mark del año pasado y el Mark actual, había una gran diferencia.
Pasar de ser el chico tímido pero de lengua afilada que actuaba con delicadeza, a ser el poeta sentimental que se enfrentaba a los idiotas de último año, que dejaba en su lugar a los profesores incompetentes y que era persistente hasta llegar a ser pesado u hostigoso como le habían dicho.

—Si quieren puntos extra, podrían ayudarnos con la feria escolar exponiendo los trabajos realizados a lo largo del año de sus compañeros —el profesor de persona era un tipo bajito que usaba lentes y tenía una voz muy grave. Parecía estar siempre molesto, pero tenía un sentido del humor bastante bueno—. Los interesados, por favor, acérquense.

—Nyoung ¿Irás? —Mark llamó la atención de su amigo quien rayaba círculos en la última hoja de su cuaderno.

—Creo que sí, no estoy mal, pero quisiera subir mi nota... ¿Irás tú?

—Claro, solo para asegurarme de no tener las bolas colgadas en mi sala por no tener una nota más allá del dieciocho.

Ambos rieron y se acercaron al escritorio de su profesor quien les designó temas separados pero no tan ajenos, así ambos podrían complementarse con la explicación.

—La feria será este jueves, deben venir bien uniformados —recomendó el mayor terminando de anotar a sus dos únicos alumnos de aquel salón en su libreta.

Asintieron y regresaron a su asiento, al parecer sería otra clase libre.

—Entonces... ¿Cómo les va? —Mark preguntó algo dubitativo luego de segundos en silencio.

—¿A quiénes? —continuó haciendo rayones innecesarios en su última hoja.

—A ti y a Wang, últimamente son muy cercanos —dijo con simpleza, queriendo no notarse muy interesado en su respuesta.

—Eso... —rio de forma nerviosa—. Somos amigos desde primer año, pero recién notamos que coincidimos en varias cosas. Eso es todo.

—Sí, eso lo sabía, me lo contaste los primeros días ¿Recuerdas? —sonrió pareciendo nostálgico.

—Sí, entre marzo y abril —suspiró—. Siendo sincero, no me agradaste la primera vez que te vi —desvió la mirada—. No quería que te unieras a nuestro círculo de amigos, pero con el tiempo me di cuenta que eres un buen chico. No el típico pesado que viene de una buena escuela para creerse superior a los demás.

—Creo que agradezco tu sinceridad —rio algo incómodo—. La primera vez que ingresé al salón, me esperaba lo peor, amistades falsas o en el mejor de los casos, ser un marginado.

—¿Por qué ser un marginado sería el mejor de los casos?

—No lo sé, incluso tuve vergüenza de mí mismo. Estoy feliz, muy feliz y agradecido con Bam por hablarme.

—Sí, Bam es genial —sonrió casi suspirando, ese chico era tan inquieto que solo pensar en él le quitaba energía.

—Y muy apuesto también —Bam se unió a la conversación sentándose en las piernas de Jinyoung—. Tengo algo para ti, Mark.

Bam sacó una bolsita de tela de su bolsillo, muy pequeña y de color azul marino.

—Es un presente de Gyeom —señaló al lugar del mencionado—. No se acerca porque tiene miedo de que le vueles la nariz.

Letters ~Markson~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora