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Había estado solo en casa toda la mañana, sus padres trabajando y sus hermanos en sus asuntos fuera.
No pensaba que el fin de semana fueran tan deprimente. Debería estar jugando en línea o avanzando algún trabajo, no sintiéndose incompleto.
Se sentía despechado, no se lograba distraer ni haciendo las tareas, porque de una y otra forma recordaba cómo él y Wang repasaban ciertos cursos juntos. Cómo le tomaba de la mano o lo abrazaba cuando lograba tener un buen puntaje en cierto examen.

Tal vez realmente estaba enamorado. Saber que no era correspondido pero querer conservar una amistad pese a la actitud frívola del contrario era un tanto complicado.

Se dejó llevar por sus tristes pensamientos y a su mente llegó una canción. No tenía muy buena voz, pero decidió cantarla.
Realmente pegaba. Pegaba muchísimo a su situación actual.

"Estoy teñido de carmesí. Ahora no hay nadie que me consuele. Este amor nunca te alcanzará nuevamente."

O algo así era la traducción, no era bueno con el idioma japonés, pero vaya, esa canción le hacía sentir tan miserable.

—Basta, no más rock depre hasta que me sienta mejor.

Guardó la laptop donde anteriormente estaba revisando las fotos que había tomado durante todo el año.
Fotos grupales, para fastidiar a Bambam, fotos desprevenidas a Jackson, Gyeom y Youngjae.

Ahora lo pensaba ¿Cómo se hizo cercano a Youngjae? Durante comienzos de año sentía ganas por hablarle, cuando reía lograba contagiarlo. Fue por influencia de Jaebeom que pudo acercarse al adorable chico, sus charlas siempre eran fluidas y divertidas. Además tenía una voz bellísima. Incluso meses atrás se inscribió a un concurso de canto.

Recordaba muy bien ese día, a finales de octubre.
Ese día Youngjae había tenido que viajar de urgencia a otra ciudad. El viaje de esa ciudad a donde actualmente vivía duraba dos horas y media. Días anteriores el chico les había mencionado que tenía una canción hermosa preparada.

Los profesores encargados de esa actividad se paseaban por el salón cada cierto tiempo para verificar si Youngjae había llegado ya, por lo que varios compañeros, incluso él y Jackson le habían mandado varios mensajes preguntando si ya llegaba a la escuela y cuánto iba a demorar.

Fue un error.

Youngjae llegó tres horas antes que finalizara la jornada escolar, había olvidado sus lentes en casa y tenía el buzo del colegio mal puesto. Mark notó que él no se encontraba en buen estado pues Youngjae llegó al salón solo a dejar su mochila y luego se retiró. Había tropezado varias veces al ingresar y salir del salón por la ausencia de sus lentes.

A la hora de la salida, Youngjae regresó al salón con los ojos hinchados y la cara roja. No había logrado completar la canción que había preparado debido a los nervios que lo habían traicionado, y el profesor a cargo de la puntuación y selección le dijo que tenía una muy buena voz, pero que no podía presentar una canción que no podía cantarla por completo.
Según se había cerrado y no le había dejado volver a intentarlo.

Al contar todo ello, Youngjae volvió a llorar y se abrazó a Mark y Bambam. Jackson y Gyeom se había acercado para tranquilizarlo y decirle cosas dulces; Jaebeom estaba bastante molesto, podían notarlo debido a lo tensa que estaba su mandíbula y como parecía contenerse un sinfín de maldiciones; y Jinyoung de igual manera trataba de calmar a Youngjae mientras cargaba con su mochila.

Mark sonrió al recordar ese momento, le molestaba muchísimo cómo terminó ese día, pero tenerlos a todos juntos, como si fueran los mejores amigos de toda la vida, le traía un sentimiento cálido al pecho.

Como quisiera revivir esos momentos.

Pasó el fin de semana tarareando y cantando la canción japonesa y otra italiana que había encontrado en internet. Como si el sistema supiera que necesitaba desfogarse con canciones. Incluso se atrevió a grabar un audio que accidentalmente mandó a Jinyoung.
No le importó mucho, eran amigos y ya lo habían escuchado cantar. No tenía por qué sentir vergüenza.

Letters ~Markson~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora