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Analea observaba por la ventana, hoy era su cumpleaños, no tenía ánimos, mas cuando, su tristeza tenia nombre, le partía el corazón verlo con aquella loba, no eran mates era claro porque ella era su pareja, pero él no lo notaba, pensó que tal vez entre ellos podía surgir algo.

Estaba tan segura de ellos, la forma en como la miraba, le indicaba que le gustaba, pero porque no se lo decía, porque, tal vez como esos cuentos de un beso despertaría algo en él y la reclamaría como su compañera.

Vio correr a Hera, su cabello rizado y abultado, era tan hermoso que su misma Hermana odiaba, prefiera tener busto que tanto cabello.

Escucho los pasos apresurados y claro estaría en tres, dos uno.

_Ana!!!! Adivina que te traigo_ dijo animada al esconder lo que llevaba en sus manos

_Mmm, es algo pequeño, delgado, de color blanco

_Muy bien a ti si se te da eso, en cambio a mí, necesito pasar el examen para luego ir a la universidad, es mi mayor meta

_Lo que no entiendo es porque quieres irte lejos a estudiar, después de la escuela, tengo entendió que en la reserva esta la misma universidad

Hera callo ella tenía sus planes muy ocultos.

_Pero no hablemos de mi si no de ti, y la universidad aún falta muchos años entendido, ten_ entrego una carta

Analea frunció el ceño que era eso

_Lo manda Carlos, aunque lo note raro, sus ojos estaban idos, pero me pidió que te entregara esa carta que era importante

La pequeña bruja salió dejando Analea con la incertidumbre, fue hasta su cama y leyó lo que decía eran pistas, para encontrar su regalo, sonrió porque a pesar de todo él era muy ocurrente, se puso de pie y tomo el vestido azul turquesa, un regalo de Marla, tenía una abertura que mostraba su pierna esterilizada.

Esta noche festejaría su cumpleaños además era luna blanca así que todo era motivo para festejar.

Se vistió como pudo, peino su cabello largo y roció un poco de perfume de lavanda, pellizco sus mejillas, jamás había usado maquillaje, pero esta vez solo se puso un poco de mascara en sus pestañas.

Era momento de dejarlo impresionado y tal vez robarle un beso

Bajo las escaleras, su madre estaba terminando la decoración quedando sorprendida al ver a su hija vestida tan hermosa, que sonrió.

_Te vez muy hermosa Analea, mírate ese vestido te hace ver lo bella que eres

_Tú crees mama, Marla me lo regalo aunque creo que es algo .. ya sabes mucho para mí.

_No para nada, además creo que tengo algo que darte, pero será después de la fiesta

Iván hablado hablo con su esposa era momento que le ayudara con su esencia, Inna había preparado el brebaje con el hechizo, que entregaría después de la fiesta. Ese sería su regalo.

Pero no era la única, cierto vampiro también tenía sus dotes de hechicería, le había prometido a cierta niña que la ayudaría con su esencia, no fue fácil, pero al menos sirvió aquellas prácticas que tuvo con Ziotlema.

No entendió porque le dio melancolía, pero tal vez fue insensato con ella, al despreciarla, pero era necesario, no había posibilidades, si era hermosa y esa mirada virginal que tenía, pero era la mujer prohibida que su madre demando no tocar.

_Vas a salir de nuevo_ comentó aquella vampira de ojos ámbar

_Si, hace mucho hice una promesa y debo cumplirá, pero no es solo eso, puedo sentir que algo se avecina nada bueno Kasandra

Eclipse de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora