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Aun para el lobo todo era un sueño, su piel sus ojos, tocar su piel era majestuoso, la vio desnuda sobre la cama aun dormida, observando su silueta, como un depredador, recorriendo aquellas curvas, paso saliva, tanto que su miembro se puso duro.

Tres semanas fue suficiente, disfrutando de ella, aunque para Analea las cosas no cambiaran seguía firme con su destino. Pero no importaba logro retenerla, solo ellos dos solos.

Fue hasta ella, acomodándose en la cama, la pego a su pecho, Analea abrió un poco su boca saltando un bostezo, el día estaba nublado cayendo algunas gotas de la lluvia, haciendo el ambiente perfecto.

Sus manos tomaron las piernas de Analea inclinando cuerpo hacia el techo, jalo un poco más a dirección de su pelvis chocando con su dureza, los ojos de la bruja se abrieron a una dilatación provocando deseo, su cuerpo ardía ahora era el turno que tomar el control de su cuerpo.

Abrió más sus pliegues como su glande entraba y en una sola estocada la penetro fuerte, soltado la bruja un gemido ante su dureza.

Se aferró a sus tobillos mentiras la tenía abierta en cada penetración lenta pero profunda, soltando en cada embestida gemidos de su boca. Ella soltó una risa que lo estremeció. Se tocó su pecho endureciendo sus pezones, Carlos empujaba más fuerte excitándolo mas, la mano de Analea recorrió hasta su entrada, tocándose aun siendo embestida

_ Quiero montarte_ susurro con esa voz melosa _ ¿Quieres que te monte?

El lobo, quiera detenerse si continuaba así se vendrá tan rápido, Analea puso sus manos en su pecho girándose sobre su cuerpo se acomodó en ahorcajadas, Carlos estaba hechizado sobre ese cuerpo que recorrió, beso, mordió todo en ella y aun así no se cansaba.

Movió sus caderas circularmente, se agarró el cabello sin dejar de moverse, Carlos la sostuvo de su cadera profundizando, las ganas que tenía hacia su cuerpo lo enloquecían, que había hecho es bruja de su voluntad para tenerlo así.

_ ¿Te gusta? _ pregunto moviéndose más _ uhmmm

_Si,...arrr....Analea.... ¿Qué me has hecho?_ jadeo ante esos movimientos

No pudo más estaba enloqueciendo su miembro estaba por explotar y ella moviéndose como una amazona sobre su cuerpo, era un pervertido imaginándosela muchas veces en esa posición y ahora la tenía así, paso saliva su garganta no daba más estaba completamente seca.

Gruño poseído girándola ahora el quedó sobre su cuerpo, acelero más sus embestidas, arremetiendo con su cuerpo, fuerte y profundas, no pudo resistir ver sus labios entre abiertos que devoró, la bruja lo abrazo con su piernas, ambos cuerpos sudaban, tan sincronizados, el uno al otro. Carlos bajo un poco hasta morder uno de sus pezones que no se cansaba de apreciarlos en cada instante como se movían ante sus ojos. Succionó tan fuerte que la misma bruja soltó un gemido de dolor y éxtasis.

_Lléname_ susurro en su rostro_ lléname de ti.... Hazme recordar esto_ suplico besándolo

El lobo gruño tomando de su rostro, acelerando profundamente en su interior, las manos de Analea recorrieron su espalda, sus labios temblaban, su oscuridad empezaba abrirse un punto de luz ante las sensaciones que el lobo trasmitía, estando vunerable que dejó entrar la anterior Analea.

_Carlos...hahaha_ el lobo la observo su mirada era diferente era como si volviera hacer la misma

Volvió a besarla, ella se aferró a su cuerpo no quería soltarlo, sus paredes presionaban su miembro hinchado al punto de vaciarse, que Carlos gruño como su entraba lo succionaba que no pudo mas ella soltando un intenso orgasmo que recorrió la tensión hasta su vientre.

Eclipse de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora