V Madre

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- No teníamos permitido matar a nadie del campamento... ¿Como es que no lo echaron?

D- Ser hijo de uno de los mas grandes tiene sus privilegios, pero hades mismo sabe que es algo que ya no está en sus manos, según sus palabras, era un problema inútil que no podía resolver

-Problema inútil?

Así que hades esperaba que yo como buena hija condenada a una vida de miseria resolviera los problemas de su trastornado hijo que no tuvo mejor forma de afrontar mi ida que creándose una enfermedad mental, no sabía si me encontraba más furiosa con hades o nicholas, diría que con ambos por igual.
Dough se encontraba hablándome pero lo ignoré deliberadamente, debía resolver esto antes de que él llegara aquí y arruinara lo que tanto me costó construir, la sensata de los dos siempre fui yo al parecer. Salí rápidamente de la mansión y ordené que retuvieran a dough, sabía que no se iría pero debía tomar preocupaciones, me subí a mi moto y me dirigí al lugar donde encontraría respuestas.
Llegue a una enorme mansión donde se encontraba alguien que guardaba muchísimos secretos, especialmente importantes para mi. Toque la puerta y espere pacientemente a que me abriera

E- Cariño! ya me estaba por enojar contigo por no venirme a visitar, sabes que no me gusta cuando haces tus viajes de trabajo..

-Lo se, pero trataré de que disminuyan, como has estado madre?

E- Sabes que bien, ven pasa que te haré de comer, debes tener mucha hambre después de tanto trabajo

-No te das una idea...

Evangeline no era mi madre, pero era una mujer de 69 años con problemas para recordar su pasado y cosas de su presente. La conocí cuando me volvía a mi mansión después de cobrar una deuda, me encontraba muy enojada por qué un nuevo me había desafiado sintiendo pena por el deudor, esa mujer apareció en mi vista a los gritos, de un momento a otro me saltó encima abrazándome y dándome besos, no entendía lo que pasaba y de hecho estuve a punto de matarla si no fuera por el nombre por el que me llamaba "Estafania, hija, has vuelto" era lo único que decía aquella mujer, al principio se lo negué pero ella estaba convencida de que era su hija, con el paso del tiempo inconscientemente comencé a pasar por el mismo lugar para encontrarla y tener charlas, ella siempre aparecía en el mismo horario y me ordenaba sentarme con ella, solía retarme por no visitarla como debía, no entendía su actitud hasta que investigue y descubrí que evangeline era viuda, no tenía familiares cercanos y la única persona que tenía era su hija, que había fallecido en un asalto fuera del trabajo, me tomé la molestia de llevarla a un psicólogo y ahí me informó que ella tenía problemas mentales y que por nada del mundo debía descubrir que yo, no era su hija, pero para mi eso no era problema, comencé a tomarle cariño a aquella mujer regordeta que me trataba como nunca nadie lo había hecho, y por ello era la única persona con derecho a retarme, enojarse, o darme cariño, por que de eso se trataba ser una madre supongo

E- Hija cuéntame, que te tiene tan angustiada, puedo ver esa mirada en tus ojos, es aquel chico del que hablamos, el de tu trabajo?

- De hecho si madre, es el

E- Pero como? no que lo habían transferido muy lejos y no lo podrías volver a ver?

- Si, pero ha vuelto un colega a pedirme ayuda por el, cree que está muy mal

E- Oh.. que tiene? yo podría ayudarlo si lo necesitas

Evangeline era una mujer de muy buen corazón, me había recibido siempre con los brazos abiertos, sin importar que no viniera por meses por mi supuesto trabajo que no era tan ideal como ella pensaba, le contaba mi vida a medias, cambiando cosas para no volverla completamente loca, para ella era una muy buena abogada que debía viajar por sus clientes, y aquel chico del que habla era el único chico del cual le había hablado, ella decía siempre que debía buscarlo por qué era mi único amor, pero yo siempre le repetía que no podía por que estaba muy lejos de donde yo trabajaba

-El tiene una enfermedad mental mama, y necesita mi ayuda para superarla, pero debo viajar y ver a alguien que no quiero ver para hacerlo

E- Hija si algo me enseño ser tú madre es que he criado a una hija maravillosa, tienes un corazón enorme y se que no dudarás en ayudar a aquel muchacho que tanto amas aunque te esfuerces en esconderlo, no entiendo muy bien por qué debes ver a alguien que no quieres pero sé que ayudar esta en tu corazon, y ese chico también

Oh madre si supieras...

-Quiero ayudarlo, en serio quiero, pero no quiero sufrir en el proceso, no quiero perder todo lo que tanto me costo conseguir, no quiero perderte a ti, ni a lo poco de vida que me queda

E- Nunca me perderás, así muera yo siempre estaré contigo, no creo que ese chico sea malo hija, tú me has contando todo lo que han vivido y se que él te ama con todo su corazón, acuérdate de la frase que siempre me dices "El peor arrepentimiento es de las cosas que no nos animamos a hacer"

-Tienes razón madre, pero dejemos de hablar de mi

me quede toda la tarde con ella, no había podido venir en unos largos 2 meses, tenía mucho trabajo y solo podía mandar a alguien a que le de dinero, ella detestaba eso pero siempre se le olvidaba, de repente me contaba que tenía dinero en su cartera y no sabía cómo, su memoria fallaba cada vez más pero siempre se acordaba de los detalles importantes, y con eso me bastaba, seria la única mujer que pudo tener esa parte de ignis, nadie más.
Al terminar me despedí de ella aclarándole que debía trabajar, me dio un fuerte abrazo y me amenazo con que la venga a visitar más seguido si no quería que no me volviera a recibir, era una gran mujer

Llegando a la mansión entre y lo primero que vi fue a dough escoltado por mis ayudantes

D- Es en serio? ni al baño me dejaron ir

-Mejor prevenir que lamentar dough pero esta bien, ustedes dos se pueden retirar, déjenme sola con el

- Si señora

-Okey dough, te ayudaré, pero tendré mis reglas

D- Y esas serán?

- Tranquilo, zeus y hades las escucharán..

Me fui a mi habitación con una sonrisa maliciosa, si querían me ayuda sacaría provecho de ello, y me vengaría por el mísero castigo que me dio el estupido de zeus, y la impudencia de mi maravilloso padre

Se habían topado con alguien peor que ellos, solo que no lo sabían, por qué el peor defecto de los dioses es subestimar a la gente, y mucho más a mi

La hija de hades IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora