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ROTA

- ¿Entonces has dejado a tu novio el controlador y te has besado con James? - Preguntó Zac llevándose un puñado de palomitas a la boca. Nos encontrábamos en mi habitación Kendall, Zac, Hanna y yo conversando sobre la noche de ayer. Vinimos a casa al mismo cerrar la cafetería.

- No era controlador, era... digamos que era Harry - volteé los ojos.

- Era controlador - dice asintiendo Hanna mirando a Zac y a Kendall. Puede que lleve un poco de razón pero Harry lo hacía para protegerme ¿no?

- Pues yo pienso que te tires a James - soltó Kendall cogiendo una de las chuches del cuenco que teníamos encima de mi cama.

- ¡No pienso hacer eso! - miré horrorizada a Kendall - Además creo que James se arrepiente de haberme besado porque no me ha dirigido la palabra desde que me fui de su habitación. - El timbre de la casa sonó pero ninguno de los cuatro bajamos porque supuestamente estaban en casa James y Andrew, por esa razón estábamos en mi habitación hablando de todo esto. No quería que ninguno de los dos se enterara.

- ¿Bueno y entonces Zac te fuiste con ese chico... ¿cómo se llamaba? - Preguntó Hanna.

- Connor - dijimos Kendall y yo a la vez. Yo le di un codazo a Zac ya que se había quedado como en trance pensando algo, cuando le di reaccionó.

- Pues la verdad que me fui con el pero apareció su compañera de habitación y cama, al parecer el muy cabrón tenía novia - Zac parecía furioso y la verdad que lo entendía , menudo gilipollas.

Tocaron a la puerta de mi habitación, sería Andrew porque dudo mucho que sea James.

- ¡Adelante! - la puerta se abrió y apareció Harry.

HARRY.

- ¡Maldita sea Sarah, llevo llamándote todo el puñetero día!- estaba enfadado, muy enfadado y cuando se ponía así daba miedo, era lo peor. Hanna se levantó y se puso enfrente de mi pero yo la aparte, ahora que había dado el paso no me iba a asustar cuando sabía que esto podía pasar.

- Chicos por favor dejarnos solos - miré a mis amigos, los cuales asintieron y salieron por la puerta cerrándola. - Harry ¿qué haces aquí? - le pregunté lo más calmada posible.

- ¡¿Enserio esa es tu pregunta después de llamarme a las tres de la mañana borrachísima y dejarme?! Tú a mi no me puedes dejar ¡puta! - no llores, no llores, no llores. Me repetía, aún así al verlo y escuchar esa palabra salir de su boca me hizo daño. Él se acerco y me cogió de los brazos fuerte, me estaba haciendo daño.

- ¡Harry suéltame! - le grité y me hizo caso, por una vez en la vida me había hecho caso. - ¡No me vuelvas a llamar así en tu vida! ¡Estoy harta de ti, de ver como me haces daño!

- ¡La única que se hace daño aquí eres tú con rus idioteces y paranoias!

- ¡Verte en una foto con Megan no son idioteces ni mucho menos paranoias! ¡Me prometiste alejarte de ella y mira lo que te ha durado! - Harry se volvió a acercar a mi, esta vez sin cogerme de los brazos fuerte, pero si que me cogió con cuidado de la cara para besarme. Yo me aparté, no quería que me besara, no quería más mentiras ni más nada que viniera de él. - Ni se te ocurra besarme ahora - eso lo puso más furioso todavía - ¿qué se suponía que hacías con Megan? ¿¡Ya te la has follado otra vez pedazo de capullo!? - Harry no dijo nada pero podía ver la rabia en sus ojos y de un momento a otro me había pegado un guantazo en la cara. Era la segunda vez que me pegaba pero esta vez después de pegarme fue tirado al suelo de un puñetazo lo que hizo que me girara para ver a James y a Andrew.

- ¡Cómo le vuelvas a tocar un pelo estas muerto pedazo de mierda! - soltó James, yo seguía en shock, no reaccionaba, solo sentí que alguien me abrazaba y me decía que todo iba a estar bien pero yo sabía que no era así, nada iba a estar bien.

- Vete de mi casa ahora mismo Harry, ¡ya! - le gritó mi hermano. Harry se levantó del suelo limpiándose la sangre del labio, el cual se le había partido por el puñetazo de James. En cuanto Harry desapareció de mi vista salí de mi estado de shock y pude girarme para ver que quién me abrazaba era mi mejor amiga lo que hizo que llorara más.

- Ei - Hanna me limpió las lágrimas que bajaban por mis mejillas - ya está, ya paso ¿vale? - yo asentí sin estar muy convencida de si todo esto había acabado, conocía a Harry ya sabía que no se iba a estar quieto.

- ¿Dónde están Zac y Kendall? - pregunté en un susurro.

- Se han tenido que ir porque los han llamado sus padres. Tranquila Sarah.- me susurró Hanna mientras que me abrazaba muy fuerte. Necesitaba ese abrazo de mi mejor amiga, ella siempre ha estado aquí en las buenas y en las malas, nunca me ha dejado sola o me ha traicionado y la conozco lo suficientemente bien para saber que es una de las pocas personas que nunca me va a traicionar y que siempre va a estar aquí para mí. La amo.

- ¿Podéis dejarme sola por favor? - Dije soltándome del agarre de mi amiga. Valoraba mucho que ellos tres estuvieran aquí conmigo, pero ahora mismo me apetecía estar sola en mi habitación, sin gente, pensando en todo lo que había ocurrido.

- ¿Segura Sarah? - preguntó mi hermano - No quiero que...

- Por favor - lo interrumpí- Estaré bien pero ahora mismo necesito estar sola y pensar. - Los tres asintieron y salieron de mi habitación cerrando la puerta tras ellos.

En cuanto salieron por la puerta me puse mi pijama y recogí los boles que seguían encima de mi cama, y me tumbé en ella. Necesitaba pensar en todo lo que me había estado pasando estas semanas atrás. Harry siempre se había portado fatal conmigo y de verdad que pensaba que era porque se preocupaba, Hanna me decía un montón de veces que me alejara de él pero ¿ cómo puedes dejar a una persona cuando estás tan enamorada que no te das cuenta del daño que te hace? Es muy difícil, os lo aseguro. Jamás hubiese pensado que a la hora de terminar mi relación con Harry sería yo quien lo hiciera. Siempre he estado muy enamorada de él y a pesar de todo el daño que me ha hecho durante años lo sigo amando, por muy cursi que suene.

No se si os habrá pasado pero ¿nunca habéis tenido miedo de perder a una persona? Yo mucho, siempre vivía con ese miedo constante desde que paso lo de Megan, ahí me di cuenta de que había perdido a una de mis mejores amigas para siempre. Siempre he sido una persona muy abierta y cariñosa a la gente pero desde que pasó eso me cerré y me cuesta mucho confiar en las personas.

También tenía miedo de perder a Harry porque se que nunca seré suficiente para alguien y él era el único que me había querido tal y como era. ¿Quién más me iba a querer? No era guapa, ni tenía un cuerpo de escándalo como la mayoría de las chicas de mi edad. Harry me lo había repetido un millón de veces, él me quería por mi forma de ser aunque realmente también era una mierda y tonta y pensaba que James iba a quererme.

James. Él se había comportado como un capullo desde que llegue, aunque parece que luego fue amable conmigo. Simplemente lo haría para echar un polvo y ya.

Si yo me había atrevido a dejar a Harry fue por una razón. Pensé que James podría llegar a sentir algo por mi pero claro, que ilusa ¿ cómo se va a fijar alguien en mí? Y menos James, el chico lleno de tatuajes y abdominales de acero que vuelve locas a todas las chicas de su alrededor.

Y esa noche, después de tanto pensar y pensar me di cuenta que yo había dejado a Harry porque ya no sentía lo mismo por él desde que James Miller apareció en mi vida y sin embargo ahora lo único que tenía era un corazón roto en el pecho e ilusiones rotas.

Estaba rota y arreglarme iba a ser lo más complicado de este mundo.

Gracias Harry por haberme quitado la ilusión de que sea querida por alguien y gracias Megan por hacer que desconfíe de las personas.

Hateful boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora