Prólogo

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— La maldad llena sus almas, una profunda maldad, mientras aquellos inocentes son obligados a sufrir eternamente, los doce son capaces de librar este mundo, los doce salvarán cada alma y destruirán este círculo de maldad, existen solo doce almas a las cuales los malignos no afectan.

Su voz proyecta confianza, mira a cada uno de los que se encuentran en la sala, sus ojos hace mucho han perdido rastro de cordura, sin embargo, se aferra a aquel libro y con dolor cuenta aquellas palabras dándole esperanzas a la guardia.

— ¡Confiaremos en los doce! - Se inclina una pequeña muchacha.

— Ah … — solloza un joven a su lado —. No queda de otra que esperar a que nos salven, solo desearía que fuera pronto.

La sala se llena de oscuridad, hay un silencio sepulcral, almas tintadas en rojo, cuando regrese la luz en la sala se espera que los doce hayan salvado las impuras almas que crecen en la eternidad, al menos que lo hagan antes que termine la humanidad.

Una última voz se escuchó.

— Todos sufren un terrible dolor, pero sus almas humanas no abandonan el deseo de vivir, magos que existirán, maldicen el mundo, pero los doce serán capaces de liberarlo— lentamente sus ojos se cerraron sosteniendo aquel libro aún en sus arrugadas manos.

La profecía de los doceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora