26- Esperanza

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Seis meses pasaron.

En la ciudad de Naki se iba expandiendo silenciosamente un extraño rumor, sobre la existencia de doce personas y un misterioso destino que ha estado sobre sus hombros desde hace mucho tiempo atrás, lentamente la gente sentía más y más curiosidad, en aquellos seis meses aquel rumor no pudo ser apagado, y se mantuvo cómo una llama intensa.

Nuestra realidad es frágil, aveces solo hace falta un ligero roce para romperla por completo.

En la sala de reuniones de el “señor”

–Oh “ Señor” tenemos malas noticias – le informo uno de sus subordinados.

–A que te refieres – apoyo su mano sobre su barbilla.

–Es sobre … Rumores, rumores sobre los doce, alguien los ha estado propagando, nuestras investigaciones no han dado frutos, no hay pista alguna.

–Michael – el Señor se giro a ver al hombre.

–¿ Si “señor”?

–Es momento de que pruebes tu lealtad hacia mí, apaga los rumores.

Michael asintió.

–“Señor” considerando que no hemos logrado encontrar a número nueve, podríamos darle esa tarea a Michael también – el hombre del cuervo sonrió.

El Señor pareció meditarlo.

–Correcto, también te encargo la tarea de traer a número nueve aquí antes de que nos marchemos hacia osagari, si no cortaré tu cabeza ¿ Te queda claro Michael?

Michael se quedó perplejo.

–Pero “ Señor” he servido a usted todos estos años con total devoción, he hecho todo lo que me a pedido durante años, y  le he sido completamente leal, ensuciar de tal manera mi dignidad es hiriente.

–Hiriente – el señor lanzó una carcajada –. Eso lo hubieras pensado mejor antes realizar tantas tonterías, haz lo que te digo y quedarás impune ¿ O acaso mi mano derecha es alguien tan inútil?

Michael negó.

–Lo haré “ señor”

–Bien, quiten esas caras largas, hoy es un día de celebración – el Señor se levantó con una sonrisa –. Ya no tienen porque ocultarse ante los doce, pueden venir a festejar arriba.

El señor ordenó a los sirvientes que preparar un gran banquete para esta noche.

–¿Me ha enviado a llamar “ Señor”?

–Así es, alista a los doce para que salgan está noche, prepara sus mejores vestimentas.

–A la orden “ señor”

–“Señor” – se acercó Luna –. ¿ Está seguro de liberar a los doce?

–El edificio en Osagari está listo, y me has dicho que ellos también lo están ¿ O no?

Luna asintió nerviosa.

–Será una noche especial.

El Señor se rió con franqueza.

–Luna, tengo unos asuntos importantes que ocupar con el rey el día de mañana, avísale a tú padre que prepare todo.

Luna asintió.

–Número tres … – abrió la puerta Lance.

Goro lo esperaba sentado en la orilla de su cama.

–Hola – le sonrió.

La profecía de los doceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora