7. Harry.

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Cuando llego a casa, sé que algo está mal cuando todo es silencio y no hay ningún aroma a postre en  la casa.

— ¿Gemma?—La llamo lentamente mientras subo a su habitación después de no encontrarla en la planta de abajo, miro mi reloj en mi muñeca y me doy cuenta de lo tarde que es. — ¡Louis, Gemma! —grito un poco, pero mi corazón se acelera al no escuchar respuesta.

Mi cabeza recuerda que son muchas horas, demasiadas, después de que debía llegar pero, ¿realmente Louis dejaría sola a Gemma para irse? Mi cabeza empieza a formular teorías de Gemma sola en casa y mi preocupación aumenta cuando recuerdo sus pequeñas palabras: "quiero ir al tren que me lleve al cielo con mis papás", ¿Habría salido sola?
Bajo las escaleras y busco mi celular en mi maletín para marcar a Louis, o a emergencias, o a los Bomberos, pero este está totalmente apagado.
Demonios, demonios, demonios.
No puedo evitar llevar mis manos a mis cabello y jalarlo, porque a pesar de que quiero culpar a Louis por esto, sé que no es su culpa.
Louis.
Revuelvo los papeles de mi maletín y me encuentro con los datos que Louis me apuntó el primer día que se presentó a trabajar, y encuentro su dirección y salgo directo a casa, como siempre, pasando la luz roja y escuchando a conductores tocar su bocina e insultarme.

[...]

Tal vez, solo tal vez toqué muy fuerte la puerta y es por eso que todos los perros del vecindario de Louis ladran, pero yo solo quería encontrar a Gemma, aun así cuando la puerta se abre, me encuentro con un Louis con las cejas levantadas y su cara no expresa ninguna sorpresa, así que me desespero por su tranquilidad.
—Dime que no dejaste sola a Gemma o que la llevaste con otra niñera o yo...

—Harry. me interrumpe a secas. — Gemma está aquí, conmigo... ¿Cómo pudiste creer que me atrevería a dejarla sola?

Puedo respirar. Al fin y después de todo el camino hacia aquí, siento que un peso de encima es quitado de mis hombros. Así que por fin puedo reaccionar a la estupidez de Louis:
— ¿Y por qué demonios te fuiste, para empezar?, No, no... ¿Por qué harías si quiera algo así sin avisarme antes... No se te ocurrió que podría pensar lo peor?

No puedo evitar explotar, tal vez debería calmarme pero Louis sigue sin mostrarse afectado y soy yo quien pierde la cabeza cada vez más.

Louis va a decir algo cuando aparece en el pasillo una chica de cabello castaño muy enojada, directo hacia mí sin siquiera mirar a Louis.

—¿Quieres por favor, no venir a nuestra casa a gritar de esa manera y ser un poco más responsable con tu pequeña hermana, eh, que me dices de eso, sabes que significa responsabilidad o tu mente está llena de fórmulas matemáticas?
—Pero... ¿Qué...?

—Hey, Fizz, amor, gracias por eso... Pero puedo manejar la situación por mi cuenta... Ahora, por favor, retirate y déjame aclarar esto.

—Esta asustando a las niñas —le dice a Louis y él le dedica una mirada seria, entonces ella se va, no sin antes mirarme feo y alejándose meneando la cabeza.

—Harry... - empieza Louis, como si nada de lo anterior hubiera pasado. —Lamento darte las malas noticias, pero las demás personas no pueden detener su vida por y para ti, y no soy la excepción.

— ¿Qué... —empiezo pero me corta con una mano en el aire, y continúa:

—Creí que por alguna razón respetaría mi horario, pero sigue sin importarte nada que no sea tu trasero, y yo tengo otras cuatro niñas que me necesitan también, —suspira, viéndose más cansado que enojado—: Así que disculpame si tengo que seguir con mi vida y afecta la tuya, pero es lo que es.

Brittle Heart  [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora