Brittle Heart [Larry Stylinson]

11. Harry

Si debo admitir algo, es que por primera vez desde  hace mucho tiempo, los nervios se habían apoderado de mí, y también el miedo.

Iba a salir con Louis.

Con el niñero de mi hermana pequeña. Con ese ser que parecía tener una respuesta para todo, ese Louis que, al igual que yo, parecía querer tener la última palabra. Les mentiría si dijera que pude prestar atención en mis clases y que podía manejar esto, pero nunca, nunca tuve alguna salida con amigos. Siempre, incluso antes de que mis padres murieran, era la clase de chico que prefería ver una película en casa que en el cine, que prefería quedarse estudiando que ir de fiesta.

Y ahora tendría una cita en el cine.

De amigos, digo....

¡¿A quién demonios engañaba?! Los últimos días me la pasaba sin poder de dejar pensar en  Louis, y es que nunca me había gustado alguien antes -persona en la vida real, no películas, porque claro está, mi amor verdadero siempre será Tom Hiddleston-. Pero esto era diferente. Me gustaba una persona real. Bueno, Tom también era real, pero con él no podía hablar ni mirarlo de cerca... ni mucho menos salir al cine.

Y a Louis sí. A él no solo podía, lo iba a llevar al cine. Era un hecho. Y me sentía patético por sentirme emocionado, nervioso... iba a vomitar.

—Harry, ¿estás bien?  —escuché a Mel preguntarme, tenía la ceja arqueada mientas me miraba con sospecha.

—Por supuesto, ¿por qué? —traté de sonar indiferente, pero por su cara, estoy seguro de que fallé. Ella sabía que no me gustaba que me molestaran cuando estábamos trabajando, pero...

—No has ni siquiera empezado tu parte de lo que te toca y ya llevamos quince minutos.

Suspire y mire la hoja en blanco, por un lado tenía todas las operaciones que me tocaba realizar hoy, pero a decir verdad, no tenía ánimos ni de verlas.

—Yo, eh... creo que las haré en casa. —murmuré sin pensar mientras recogía mis cosas. Podía irme a casa, iba bastante adelantado como para no hacerla en una semana, y gracias a Dios el profesor no estaba para poder decirme que no podía irme a casa.

Salí sin despedirme, porque sé que todos me miraron. Jamás me habría ido de clase. Al menos no antes, incluso yo era el último en salir siempre. Pero esta vez, tenía tantos nervios que necesitaba salir de ahí, así que decidí mandarle un mensaje a Louis para decirle que había salido temprano y que ya iba por él, pero a medio camino me di cuenta que estaba empezando a llover y e l cielo realmente parecía no dar señales de que el día mejorara.

Llegué corriendo hasta el pequeño porche de Louis y me abrió inmediatamente.

—El día esta pésimo, seguro que cancelan todas las funciones hoy —le dije de mal humor siguiéndolo a la sala cuando me di cuenta que la casa estaba en total silencio.

—Estúpido pueblo, ¿cierto? No podemos tener ni un cine que resista las tormentas —me dijo con diversión, pero no podía entenderlo, ¿a caso se sentía aliviado de no salir conmigo? Porque oficialmente, esa salida de amigos estaba cancelada.

—El día se arruinó —me quejé queriendo hacer un berrinche y tirarme en su sofá, pero nunca me dejaba guiar por mis malos ratos.

—Bueno, igual podemos ver una película aquí. —sugirió nervioso y fue cuando lo miré bien,  no llevaba sus pantalones flojos de mezclilla de siempre, esta vez se había puesto unos pantalones negros pegados, llevaba un suéter guinda con amarillo y su cabello esta un poco desordenado, pero como si lo hubiera peinado así a propósito, se veía... demasiado bien. —¿o no? —preguntó sacándome de mis pensamientos, yo tragué saliva. ¿Se había arreglado así para salir... conmigo... a nuestra cita de amigos?