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—Ah

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—Ah... Alfa— Joel mordió la oreja de Erick al momento de anudar dentro de él.

—Te amo omega— dijo lo ultimo al sentir como el omega lo miraba con una sonrisa, el moreno dejó de estar encima de él para colocarse en forma de cucharita aún con el nudo dentro del ojiverde, el alfa olfateaba la cabeza de éste mientras acariciaba poco a poco el vientre del contrario.

—Alfa— Joel siguió dando pequeñas caricias.

—Estoy aquí Er— susurró —Hasta el final—

—Hasta un comienzo— respondió el omega, cuando sintió que podía moverse volteó y observó el rostro del alfa, acarició sus mejillas y luego cejas, delineó su nariz y sonrió cuando su manos quedaron en los labios.

Erick se acercó al cuello del alfa buscando refugio, pero cuando sintió sus colmillos aparecer Erick solo se limitó a morderle, algo que sorprendió al moreno, sintió la profundidad de los colmillos de Erick enterrase en su piel, sabía que esa marca no duraría mucho, un día, dos, pero había entendido que el omega lo había marcado a él, cuando sintió la lengua del ojiverde por su cuello quitando la sangre suspiró.

—Debes avisarme si harás eso— dijo Joel, sintió los brazos de Erick aferrase más a él.

—Sueño— Joel sujeto más a Erick y éste se dejó, se sentía tan bien en los brazos del moreno que no sabía si era correcto.


























Erick gruñó al ver que en la cama no se encontraba aquel alfa marcado por él, su celo seguía pero había recuperado parte de su cuerpo, solo recordaba cómo había marcado a Joel, pero lo demás era borroso totalmente. Gruñó, claro que gruñó, estaba molesto, lo había dejado solo, se colocó una bata y fue directo a la oficina donde abrió la puerta de golpe encontrándose al alfa concentrado en unos papeles.

—Debería enseñarte a tocar la puerta—

—Te marchaste— respondió Erick, Joel lo miró por encima de las gafas y sonrió.

—No, no me marché, sigo aquí— el omega negó.

—Te marchaste de la cama, me dejaste solo allí— dijo con un puchero.

—Tengo trabajo que hacer—

—Lo sé—

—Tengo papeles que firmar—

—Lo sé—

—Soy el ceo de una empresa muy importante, personas y socios dependen de mí— dijo Joel.

—Lo sé. Pero yo soy Erick Pimentel y soy más importante que todo eso— declaró cruzándose de brazos, el moreno se quitó la gafas y se frotó los ojos, a una parte suya le encantaba cuando Erick utilizaba su apellido, pero por otra parte, tener un Erick caprichoso y en celo era lo peor.

Miénteme otra vez [Joerick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora