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Joel esperó apoyado en su coche mirando hacia el club, miró su reloj. Para luego sentir una presencia que lo miraba desde lejos, levantó la vista y allí se encontraba el ojiverde con un bolso negro, éste miró la calle y corrió hacía el alfa, se paró justo enfrente de él. El moreno agachó un poco su cabeza e intentó no sonreír, ya que le hiso gracia ver aquel omega más bajo que él, se mordió el labio intentando de evitar así la sonrisa.

—¿Tienes todo?— dijo Joel, el omega levantó la vista y asíntió —Bien, dámelo voy a ponerlo en la parte de atrás— el omega agarró con fuerza su bolso y después se lo entrego al alfa. Joel abrió la puerta indicándole al omega que entrara y éste lo hizo sin rechistar.

Cuando el alfa dejó la bolsa en la parte de atrás volvió hacia la puerta trasera y vió al omega pero solo se subió al coche.

—Ponte el cinturón por favor— demandó, vió como el omega lo hacía y sin más arrancó el coche y comenzó a manejar hacia su casa, de vez en cuando Joel miraba por el retrovisor al ojiverde y éste solo miraba por la ventana. El silencio se hacía incómodo y también algo gracioso ya que a Joel en situaciones incómodas, al alfa se le ocurre reírse.

—¿Que... Que tipo de cambia-forma eres?— Joel escuchó por primera vez la voz del ojiverde, justo paró en un semáforo, entendía que éste no pudiera apreciar el potencial de su cambia-forma león ya que siempre por su seguridad evitaba que lo supieran.

—Soy como tú, un león— dijo el moreno volviendo a conducir ya que el semáforo se puso en verde —¿Puedo saber tu nombre?—

—Erick— dijo

—¿Erick?— elevó una ceja el moreno.

—Si, solo Erick, ¿Tú eres Joel Pimentel?— el moreno rió.

—Exactamente, soy Joel Pimentel, ¿Cuántos años tienes Erick?— volvió a mirar por el retrovisor y observó que el omega también lo hacía así que solo bajó la vista y se centró en la carretera.

—21 años— Joel frenó de golpe y se giró.

—¿Eres mayor que yo?— el omega le miró serio, con expresión casi nula —No pareces mayor que yo, juraría que por tu estatura serías menor—

—Suelo engañar fácilmente a la gente— respondió el ojiverde, Joel sonrió y volvió a conducir.

—Yo tengo 20 años—


💙


Joel entró por el gran portón y rodeó la fuente dejando en la puerta principal el coche, unos empleados le abrieron la puerta, éste le entregó la llave y luego abrió la puerta donde se encontraba Erick.

Éste bajo con cuidado, Joel cogió la bolsa y comenzó a andar entrando así en la gran casa, el ojiverde veía cada parte de la casa, los lujos se hacían notar cada vez que caminabas.

—Te llevaré a tu habitación— dijo el moreno subiendo la escalera y Erick asíntió y lo siguió.

Llegaron a una puerta marrón dónde el moreno la abrió con cuidado dejando así ver una recamara amplia, con una cama en el centro y una bañera de madera a lado de una ventana que daba a un balcón donde tenía de vista un bosque y podías divisar un poco el mar.

—Mi habitación se encuentra a lado, ponte cómodo e intenta descansar— dijo el moreno.

—¿No... No lo vas a hacer?— preguntó Erick.

—¿Perdón?— dijo el moreno.

—Acostarte conmigo, me compraste para eso, para darte placer cuando lo necesitas, ser tu objeto— dijo Erick, el alfa comenzó a reír.

—Perdona, enserio me tomaste por sorpresa— Joel intento controlar su risa, él omega elevó una ceja —Mira, verás, estuve trabajando desde las 4 de la mañana sin descanso, y perdona si te ofendo pero lo último que quiero ahora es tener sexo con alguien. Descansa Erick, recuerda, estás como en tu casa— sin más el alfa se marchó de allí dejando a un omega completamente confundido, fué rápidamente a su bolso y con cuidado sacó un pequeño cuadro, sonrió al mirar la foto.

Se acostó con cuidado en aquella cama y la sintió realmente cómoda, pero no se sentía felíz, comenzó a llorar mientras abrazaba la foto.

Joel llegó a su habitación y comenzó a quitarse la chaqueta y después su corbata.

—Maldito león, por qué te hice caso— se quejaba Joel, sintió como el animal solo daba vueltas en su interior para luego colocarse y dormir ignorando al humano, Joel rodeo los ojos.

Fue hacia la bañera y la llenó con un poco de agua caliente, se desnudo completo y entró en ella disfrutando del calor que ésta transmitía.

—No estoy solo...— miró el agua y luego cogió un poco remojandose el cabello, suspiró un poco para luego hundirse bajo el agua para así opacar cualquier ruido y sólo escuchar el movimiento del agua.
Sonrió un poco al recordar la cara de sorpresa del ojiverde hasta que se levantó de golpe, agarró con cuidado una toalla y salió del agua, pero al estar mojado no pudo evitar resbalarse y caer al suelo llevándose un gran golpe.

—Mierda....ahh duele— dijo el moreno intentando agarrarse del tobillo y fingió llorar, aún así su animal no despertó, literalmente le daba igual ya que desde pequeño tuvo que convivir con la torpeza del alfa, la puerta fue abierta y Joel se encontró con aquel ojiverde y fué ahí cuando su león despertó y cuando intentó levantarse también sufrió el dolor y comenzó a quejarse también, y Joel ahora sí quería morir. Estar con una toalla y sufriendo por qué seguro se había hecho algún daño.

—Oí un fuerte ruido... ¿Estás... Estás bien?— Joel comenzó a moverse por el suelo estilo gusano por una manta de la cama para cubrirse y para volver a agarrarse el tobillo.

—Creo que voy a morir— se quejó el moreno, el ojiverde lo miró intentando aguantar la risa ya que el alfa parecía un cachorro de león quejándose.

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Gracias por leer.

Miénteme otra vez [Joerick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora