El turno de medio día en el trabajo ha sido agotador. Todo el trabajo que no hubo ayer, lo hemos tenido a medio día. Dios, estoy reventado. Me despido de mis compañeros y prácticamente hago bomba de humo para irme rápido. Justo al salir, le envío un mensaje a Lucía.
— ¿Qué tal va la tarde preciosa? ¿Has empezado ya a trabajar?
Me asombra la naturalidad con la que la llamo preciosa. Normalmente, necesito sentir un vínculo emocional para que me salgan ese tipo de florituras por mi boca, o en este caso, por mis dedos. Pero con Lucía es todo tan diferente.... No sé. Me siento raro.
Por un lado, me encanta lo que estoy sintiendo. Puede que esto no llegue a nada o por el contrario se convierta en un todo, pero por ahora me gusta el ritmo que llevamos y como va sucediendo todo de forma tan casi natural. Pero una parte de mi, también esta acojonada. ¿Estaré corriendo demasiado? ¿Me traicionarán mis ilusiones o mis falsas esperanzas? ¿Y si luego esto no funciona? Joder, no se como tengo que gestionar esto.
En ese momento, la salvación llama a mi teléfono. Xavi me está llamando y yo recibo esa llamada con los brazos abiertos.
— ¿Qué pasa tío? ¿Cómo vas? Hace un par de días que no se de ti. ¿Estás mosqueado? — Su voz al otro lado del teléfono me reconforta enseguida.
— ¿Yo? ¿Enfadado? ¿Por qué iba a estar enfadado?— Pregunto con curiosidad.
— Pues no sé amigo, igual te sentó mal la encerrona del viaje. Pero lo organicé para animarte, pensé que te vendría bien —En serio, ni viviendo cien vidas, llegaría a merecerme a Xavi—.
— Ah eso. ¡Que va! Fue un detalle enorme, en serio. Es solo que he estado... No sé, ¿entretenido?
— Marc Subias Gutiérrez, hace veinte años que nos conocemos y cuando algo te entretiene es que ese corazón palpita por otra razón más que la de existir. Te espero en media hora en mi casa.
— Muy bien Sherlock, allí estaré.
Tras esa breve e intensa conversación, cuelgo. Es impresionante lo bien que me conoce. A decir verdad, si alguien puede ayudarme a aclarar todo este lío que tengo en la cabeza, ese es Xavi.
Justo en ese momento mi teléfono suena, es un mensaje de Skype de Lucía.
—¡Hola! Pues estoy en la primera clase, que ha ido la niña al baño un momento.
Te escribo al salir. Espero que el trabajo no haya sido muy duro.Ese mensaje consigue sacarme una sonrisa, y respondo lo más rápido que puedo.
— El trabajo ha ido bien, aunque hoy ha sido bastante duro. No te quiero entretener, que al final te distraigo.
—Uff... Luego me cuentas si te apetece. Perfecto, hablamos luego guapísimo.
Me ha llamado guapísimo. Ya tengo otra vez la sonrisa de idiota en la cara, pero a la mierda. Supongo que ella tiene que sentirse tan a gusto con esto como yo.
Poco después llego a casa de Xavi. Por suerte está solo y podremos hablar con tranquilidad. No es que no quiera hablar si están sus padres, pero se que Xavi hará algún que otro comentario sobre lo que le voy a contar y no quiero que sus padres piensen algo que no es. Hay una imagen que mantener ante todo.
Nos adentramos en su habitación y antes de que me siente, ya me está ofreciendo una coca cola bien fría. Reunión de chicos, coca cola fría, esa es una tradición que tenemos desde los doce años. Me siento en la silla que tiene para el ordenador y él se deja caer en la cama tras dar un buen sorbo a su refresco.
![](https://img.wattpad.com/cover/250108905-288-k332138.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El cabrón fui yo. (+18)
RomanceMarc tiene todo en su vida; o al menos es lo que cree él. Una relación monótona, llena de secretos y mentiras. Una novia lúgubre y sin remordimientos. Cuando decide que ha sido suficiente, conoce a quién verdaderamente vale la pena para su vida y l...