Han pasado casi dos meses desde mi ruptura oficial con Yanira. Las primeras noches fueron horribles e interminables, ahora consigo dormir tres o cuatro horas sin desvelarme. Durante el día lo he llevado mejor. He doblado turnos en el restaurante y cuando no estaba trabajando estaba haciendo deporte con Xavi. Literalmente, me he reventado físicamente a propósito, porque mentalmente ya se encarga mi cabeza.Mis días han sido bastante esquemáticos, es decir, seguía una rutina fija. Levantarme, hacer deporte, ducharme, desayunar algo, irme a trabajar, pasar el día en el restaurante, volver a casa, darme una segunda ducha e intentar dormir. Si soy cien por cien sincero, esperaba sentirme peor. Estar tan hecho mierda o mas como el mes previo a la ruptura. Pero para mi sorpresa, no he estado en el fondo del pozo. O al menos eso creo. Supongo que haber pillado a Yanira con otro tío facilita un poco las cosas. Pero aun así, me siento mal por no estar mal emocionalmente. Joder, ni yo me entiendo.
Creo que tener el tiempo tan sumamente invertido en hacer cosas productivas, ha hecho que no me venga tan abajo y no le de tantas vueltas. Por lo demás, no ha cambiado gran cosa. El restaurante funciona perfectamente y los cambios que le propuse a Aleix en las funciones de los pinches dieron un resultado más que espléndido.
Aunque no he tenido ganas de nada más, debo reconocer que pasar tiempo con mi hermana, salir alguna noche con Xavi o mis compañeros del trabajo me ha animado bastante. De hecho, una noche una chica me puso ojitos e incluso se me acercó varias veces, pero no pasó nada. Ni un simple beso. Mi cuerpo no es capaz de reaccionar. Supongo que creo estar bien, pero mi cuerpo aún no lo asume.
Mi hermana, a pesar de tener sólo trece años, ha sido un pilar fundamental. No tenía ni idea de que una niña pudiera darme ese apoyo emocional que tanto necesitaba. Mis padres también saben ya lo que ha ocurrido. He omitido algunos detalles, como el de verla con otro chico. Supongo que aún sigo queriendo protegerla.
En ese momento el telefonillo del portero suena. Respondo y unas risas se comunican conmigo desde el exterior.
— ¿Quién es?
— Marc, somos Xavi, Uriol y Joao. Haznos el favor de bajar— Responde la voz de Xavi cargada de diversión—.
— ¿Qué hacéis vosotros juntos? — Esto suena raro, no sé por qué.
— ¿Quieres dejar de hacer preguntas absurdas y bajar de una vez? Hace frío y está lloviendo, coge un paraguas y baja ya.
— Papi baje deprisa, que Joao está pasando frío — No puedo evitar sonreír y que se me escapen un par de carcajadas.
— Está bien, ya bajo.
Aviso a mis padres de que me voy, y algo me dicen que ya lo sabían. Cojo una chaqueta, porque ya a finales de octubre, comienza a refrescar. Justo antes de salir por la puerta cojo un paraguas y me doy cuenta de que es el que me dio aquella chica.
Bajo en el ascensor y mis pensamientos se pierden en aquella noche, justo en el momento de la chica. Debo reconocer que fue ingenioso el comentario sobre los pies fresquitos, pero no deja de sorprenderme cómo me ofreció su paraguas estando ella más perdida que yo. Quiero pensar que la humanidad no está perdida gracias a gestos como ese. Se que no voy a volver a verla, pero me gustaría al menos saber su nombre para darle las gracias, es lo menos que debía haber hecho. Pero claro, estaba cabreado de cojones y mis modales no fueron los mejores.
Cuando llego al portal veo a mis amigos con unas ganas de cachondeo inmensas. Sonrío porque sé, o creo mejor dicho, que han preparado algo para mí, por animarme o alguna cosa del estilo.
— ¡Paaaapi....! ¡Cómo cambias sin tener puesto el uniforme! — comenta Joao lanzándome una mirada lasciva.
— Que va, Joao, sigo siendo yo.
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El cabrón fui yo. (+18)
RomanceMarc tiene todo en su vida; o al menos es lo que cree él. Una relación monótona, llena de secretos y mentiras. Una novia lúgubre y sin remordimientos. Cuando decide que ha sido suficiente, conoce a quién verdaderamente vale la pena para su vida y l...