una princesa forzada a contraer matrimonio para poder heredar el reino de su padre.
un Duque que fue dado por muerto por su familia. una historia donde el amor florece donde menos se espera.
Después de un largo viaje llegamos a nuestro destino pero le ordene a mi dama de compañía que no diera aviso al palacio sobre mi llegada, solo quería entrar a mis aposentos y dormir por un largo tiempo ya que no me encontraba de humor para hablar con mis padres o que la corte real solicitara mi presencia para discutir sobre mis deberes reales.
Ya han pasado cinco largos y tristes días donde no he querido saber del mundo que me rodea, hundida en mis pensamientos, perdiendo la cuenta de cuantas veces he leído la carta que Dorian me dejo.
Después de tantos días recluida voluntariamente en mi habitación decido seguir con mis responsabilidades como princesa y distraer mi mente mientras espero a que llegue la persona que necesito a mi lado.
Ha llegado el secretario real dando un mensaje de mi padre el cual dice que el rey solicita mi presencia en estos momentos, así que me dirijo a la sala de audiencia donde puedo notar a mi padre sentado en su trono y mi madre a su lado.
-Mi querida hija, pensé que ya no te volvería a ver. -mi madre esta conmovida por mi regreso y mi padre analiza mi rostro buscando algo que le demuestre si me encuentro bien o no.
-Padre, madre estoy contenta de volverlos a ver. -hago una reverencia mostrando mis respetos.
-Hija, ¿Sabes porque Marcus es además de mi caballero, también mi mano derecha?- sus palabras causan un desorden en mi cabeza porque no logro comprender porque me ha preguntado esto en nuestro primer encuentro.
-¿Porque ha sabido protegerte en todos estos años?- respondo con otra pregunta porque no tengo la menor idea de cual pueda ser la respuesta.
-Además de eso, es porque él es leal a la persona que protege. -todavía sigo sin comprender a que quiere llegar. -Le he preguntado por todo lo que ha pasado en el norte y no a querido pronunciar una palabra al respecto. -ahora comprendo todo.
-Padres no tienes que preocuparte, no ha pasado nada en absoluto. -trato de convencerlo con mis palabras pero mi rostro no lo convence.
-Hija mía, ¿Estas enferma?- mi madre me pregunta preocupada.
-Solo estoy cansada por el largo viaje.
-Entonces...¿Porque has traído a otro mastín tibetano contigo al palacio?
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Me había olvidado por completo de Nala y que ha quedado bajo mi cuidado, no puedo evitar bajar el rostro para que no vean mi sorpresa por recordar a la mascota de Dorian.
-¿Lo has encontrado y lo has traído a palacio para cuidar de él?- mi madre esta impaciente por saber la respuesta, yo no quiero mentirles porque no quiero romper la confianza que ellos me han ofrecido.
-Nala fue puesta bajo mi cuidado por un tiempo hasta que su dueño venga por ella. -en parte no les he mentido. -Padre con respecto al matrimonio... Lo voy hacer pero solo necesitó mas tiempo para conocer a esa persona. -digo mis palabras sonrientes pensando en la imagen del Duque entrando a palacio y pidiendo mi mano.
Puedo ver como mis padres chocan miradas entre ellos de manera sonriente y aceptan mi petición lo que provoca un alivio en mi.
~~~ la historia esta en relativa calma pero en los siguientes capítulos entrara en escena un nuevo personaje.😊😊😊 espero les guste.~~~~ 😘😘
